El domingo amaneció lluvioso pero no con la intensidad del sábado y Franco Colapinto clasifica por sexta vez en la Fórmula 1 en Interlagos.
Así amaneció Interlagos este domingo. Cielo cerrado, lluvia, pero no tan intensa. Clasifica Franco Colapinto.
La lluvia, vista desde el box del Williams de Franco Colapinto antes de la clasificación en Interlagos.
El Williams FW46 de Franco Colapinto, en Interlagos.
(San Pablo, enviado especial) Franco Colapinto espera en los boxes de Interlagos para disputar su sexta clasificación en la Fórmula 1. El domingo siguió con lluvia pero de menor intensidad y, si no se posterga nuevamente, todo será con neumáticos para agua, algo nuevo para el argentino.
La tormenta que se desató alrededor de las 14.15 del sábado impidió que la clasificación se realice, por la cantidad de agua que anegó varios sectores de la pista de Interlagos.
Los horarios se fueron corriendo cada quince minutos, desde las 15 hasta las 17, cuando se decidió la suspensión. Pasó una hora más para saber que a las 7.30 sería la clasificación.
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El pronóstico del tiempo fue el factor clave por el que se amparó la Fórmula 1 para decidir, no solo la hora de la clasificación, sino también el adelantamiento de la carrera. Prevista para las 14, se disputará a las 12.30, para así también tener margen de hacerla en caso de que la lluvia se intensifique, como se cree a primera hora de la tarde.
Por las condiciones de lluvia de este domingo, la clasificación no correría peligro, ya que si bien es incesante es de mediana intensidad y no se observan sectores anegados.
El reglamento de la Fórmula 1, increíblemente, no tiene estipulado qué pasaría en caso de suspensión de la clasificación y puede dejarlo a criterio de lo que se crea conveniente para la ocasión.
Y hay tres posiblidades: que se tome en cuenta la FP1, conde Colapinto fue 13º, la clasificación de la sprint (14º) o la carrera sprint (12º).
Pese a la incomodidad que generó esta clasificación tan temprano, muchísima gente se agolpó frente a los distintos ingresos al autódromo, todos imbuidos de capas protectoras, mientras los vendedores ambulantes hacían una buena diferencia vendiéndolas.
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Parecía mentira que alrededor de las 6 de la mañana ya hubiera una multitud en Interlagos, entre ellos muchos argentinos que, como todo el mundo durmió muy poco.
Además de esta locura en el mismo autódromo, el sábado a la noche se llenó de argentinos en una plaza distante hora y media de Interlagos, para un banderazo en honor a Colapinto.
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Se quedaron largo tiempo haciendo ruido, pero alrededor de las 22 se fueron cada uno a su alojamiento. La cita estaba en el trazado brasileño para alentar a Colapinto.
Por Javier Felcaro
Por Mariano D'Arrigo