Primer intento de Franco Colapinto en el regreso de la Fórmula 1 en Canadá. Entrada a la primera chicana y salida con trompo. Recién empezaba el viernes. Así fue el resto del día con ese Alpine al que no entiende pese al trabajo en el breve receso. Una situación que empieza a preocupar en serio.
Es cierto que en los últimos 20 minutos de la segunda tanda, cuando ya se decidió a dejar de buscar registros, con goma media y tanque lleno, fue más consistente y más rápido que su compañero Pierre Gasly, pero finalizó a 0,828 segundos en la FP1 y a 1,026s en la segunda. Una eternidad.
Excepto en el final, y en el inicio de la FP2 cuando calzaron ambos las mismas gomas medias y con tiempos a la par también fue más rápido, el argentino nunca hizo tiempos competitivos que ilusionaran. Y cometió muchos errores. ¿Por el piloto? ¿Por el auto? Debe haber de ambos lados.
En la primera práctica, después de ese trompo, en el segundo intento debió cortar la última chicana porque se pasó. Y aunque luego no tuvo más excesos, ya había gastado la goma blanda de entrada.
En la FP1 y en la FP2 de Canadá
Y en la FP2, cuando puso la blanda, en el primer intento mejoró lo hecho con las medias pero no lo suficiente como para escalar, y a partir de ahí volvió a los excesos.
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Un nuevo trompo en el mismo sitio que en la FP1, corte de la curva donde se pegó Charles Leclerc, pasando por el pasto pero sin perder el auto, y un par de excesos en la horquilla previa a la última recta fue lo que siguió antes de probar ritmo de carrera. Demasiado.
Pero lo peor es que el optimismo que mostró Colapinto antes de abrir la pista el viernes, se diluyó rápidamente en unas declaraciones donde se sintió incómodo y molesto. “No entiendo por qué soy tan competitivo con nafta en el long run (tanda larga), más rápido que Pierre, y después con poca nafta y gomas nuevas estoy tan lejos”.
“El auto está muy desconectado en la curvas lentas y se me va de atrás apenas lo acelerás”, deslizó el argentino. Y esa es precisamente la mayor preocupación, porque otra vez volvió a dejar claro que no siente el auto, no obedece a sus sensaciones y eso lo lleva a quedar expuesto con los trompos o en los cronómetros fundamentalmente.
Eso es al cabo lo más importante, porque Colapinto no golpeó el auto como lo hicieron Charles Leclerc o Lance Stroll, y el segundo del campeonato, Lando Norris, cometió muchos errores también, igual que Lewis Hamilton y hasta el que se quedó con lo mejor del día, George Russell.
El problema de Franco Colapinto
El problema fue que Colapinto no pudo acelerar al límite sin que pase algo y la incógnita es si, como sí pasó en Barcelona, podrá revertirlo el sábado.
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Además, la sensación es que Colapinto está lidiando con la presión y el rún rún que desde Europa ya se encargaron de atizar en cuanto a su continuidad después de que se cumplan las cinco carreras anunciadas por Alpine.
Y en Canadá aún no aparecieron los destellos que lo catapultaron a tener esta gran oportunidad. El piloto argentino debe saberlo más que nadie. Un viernes nunca define nada, pero llega al sábado de nuevo con gran preocupación.