El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se tomó ayer un descanso en el reclutamiento de su equipo de seguridad nacional para buscar el consejo de uno de los más ilustres —y polémicos— funcionarios del pasado: Henry Kissinger. De 93 años, Kissinger se desempeñó como secretario de Estado y asesor de seguridad nacional durante los gobiernos de los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford, fue el arquitecto del acercamiento de Estados Unidos a China y de haber ayudado a negociar los Acuerdos de Paz de París que pusieron fin a la guerra de Vietnam. Kissinger sigue siendo un respetado experto y consultor en política pero su reputación ha sido empañada por su papel en el golpe de Estado en Chile, que fue apoyado por la CIA, y el bombardeo estadounidense a Camboya.