El ejército de Rusia anunció que desea tomar toda la costa de Ucrania, dejándola así sin salida al mar. Para esto debería extender su dominio desde la península de Crimea, ocupada en 2014, hacia el oeste, ocupar la ciudad de Odessa y llegar a la frontera con Rumania, además de anexar la región de Transnitria. Hacia el este, la conexión por la costa del Mar de Azov con el Donbass ya está completada, si bien el contexto es precario, dada la fuerte resistencia ucraniana a todo lo largo del frente. Y los analistas militares consideran que tomar Odessa y llegar hasta la frontera occidental está fuera del alcance del ejército ruso, agotado por su fallida ofensiva inicial lanzada el 24 de febrero y que le costó hasta 20 mil muertos y mucho más de mil blindados de todo tipo y material de diversas clases. Se considera que las unidades de primera línea rusas están o agotadas o comprometidas en el frente del Donbass, donde Rusia avanza muy lentamente y con grandes bajas.
Pero Rusia mantiene una “guerra” en los medios y allí es donde declaró que la prioridad será establecer un control total sobre Donbass y toda la costa de Ucrania, lo que permitiría a Rusia crear un corredor terrestre hacia Crimea e incluso hasta la Transnistria (un sector de Moldavia de minoría rusa fiel a Moscú), según explicó en la TV rusa el general Rustam Minnekaev, comandante adjunto del Distrito Militar Central. Este control sobre el Donbass “permitirá proporcionar un corredor terrestre a Crimea, así como influir en las instalaciones vitales” de las fuerzas militares ucranianas, “los puertos del Mar Negro, a través de los cuales los productos agrícolas y metalúrgicos se envían a otros países”, dijo el general ruso. Así Ucrania quedaría sin salidas al mar y sería asfixiada económicamente.
“El control sobre el sur de Ucrania supone un camino a Transnistria, donde también hay opresión de la población de habla rusa”, dijo el militar, aunque Transnistria es una región prorrusa de Moldavia donde Moscú ya tiene tropas. “Ahora estamos en guerra con todo el mundo, como pasó en la Gran Guerra Patria (nombre oficial de la Segunda Guerra Mundial), todo el mundo estaba contra nosotros. Y ahora lo mismo, nunca les gustó Rusia”, agregó el general. Es una interpretación histórica aberrante, dado que durante la Segunda Guerra la extinta URSS recibió masiva ayuda en material de guerra, combustible y alimentos de EEUU y Gran Bretaña. “Nosotros no comenzamos esta guerra, pero la terminaremos”, agregó Minnekaev, en otra demostración de la distorsión permanente de los hechos de parte de la propaganda rusa.
Para los analistas militares del Institute for the Study of War (ISW), “el Kremlin está describiendo cada vez más la guerra en Ucrania como una guerra contra la Otán ante la audiencia nacional para explicar la lentitud de las operaciones y el aumento de las bajas. Es probable que el Kremlin tenga la intención de crear uno o más estados en el sur de Ucrania ocupada para consolidar su ocupación militar y establecer las condiciones para exigir el control permanente de estas regiones”. El ISW también alerta que “los crecientes informes sobre las atrocidades rusas refuerzan la voluntad política de Ucrania de luchar y hacen cada vez más improbable la reanudación de las negociaciones de alto nivel. El presidene Zelensky declaró a CNN el 17 de abril que ‘llega un momento en que nadie quiere hablar. Nuestra sociedad no quiere que sigamos negociando’. Zelensky subrayó la relación entre las atrocidades rusas en Bucha, Volnovakha, Borodyanka y Mariupol y la falta de voluntad de Ucrania para negociar.
Pero con una clara conquista territorial, Putin podría buscar un alto el fuego. Sin embargo las fuerzas armadas ucranianas pueden detener el avance de Rusia en el Donbass, donde el avance ruso es lento y muy sacrificado, con bajas diarias, y entonces el conflicto podría alargarse.
Van a cumplirse mañana dos meses del inicio de lo que Putin insiste en llamar “operación militar especial” y es de hecho una invasión de una nación vecina, una violación flagrante del derecho internacional. La televisión rusa adoctrina a la población con propaganda belicista y mensajes racistas hacia Ucrania. Pero cuál va ser el resultado y la duración de la guerra sigue sin estar claro. Kiev es inferior militarmente a Rusia, pero sólo en el plano numérico, algo que quedó claro en la primera y frustrada ofensiva rusa de febrero/marzo, que pretendía apropiarse en pocos días de Kiev, Járkov, Chernigov y otras grandes ciudades del norte de Ucrania. Rusia tuvo que retirarse de todo el sector sin ninguna ganancia y con enormes pérdidas. Moscú ahora reagrupó sus fuerzas en el este, pero muchas de las unidades lanzadas al combate están muy desgastadas por las batallas anteriores. Muchos de los llamados “batallones-grupos tácticos” fueron retirados de la región de Kiev y Chernigov y llevados a recuperarse a Rusia o Bielorrussia y ahora fueron enviados de nuevo al combate en Donbass. Pero unas semanas de descanso y algunos reclutas para sustituir parcialmente las bajas no recuperan el valor original de esos batallones, que eran unidades de primera línea. Y en Donbass afrontan nuevamente fuertes combates diarios. Ocurre que los ucranianos esperaban hace muchos años la invasión del Donbass y allí construyeron una trama muy densa de trincheras y búnkeres. Además, allí están asignadas las mejores tropas del ejército ucraniano, que ha sorprendido al mundo con su capacidad de combate.