Theodore Kaczynski, “Unabomber”, el matemático de Harvard que se refugió en una choza en las montañas y lanzó una campaña de cartas bomba que duró 17 años, que mató a tres personas e hirió a otras 23, murió en prisión. Tenía 81 años.
Kaczynski es retirado de una audiencia judicial en abril de 1996. En 1998 fue condenado a cadena perpetua. Murió en prisión.
Theodore Kaczynski, “Unabomber”, el matemático de Harvard que se refugió en una choza en las montañas y lanzó una campaña de cartas bomba que duró 17 años, que mató a tres personas e hirió a otras 23, murió en prisión. Tenía 81 años.
Apodado “Unabomber” por el FBI (por su campaña de terror contra universidades), Kaczynski murió en la prisión federal Butner, Carolina del Norte, informó la Oficina Federal de Prisiones. Fue encontrado inconsciente en su celda y declarado muerto poco después. La causa de la muerte no se conoció de inmediato.
Antes había estado recluido en la prisión federal Supermax en Colorado, desde mayo de 1998, cuando fue sentenciado a cuatro cadenas perpetuas más 30 años por su campaña de terror que golpeó a las universidades de todo el país. Admitió haber cometido 16 atentados con bombas entre 1978 y 1995.
Muchos años antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y el envío de cartas con ántrax que siguió, las mortíferas bombas caseras de Unabomber cambiaron la forma en que los estadounidenses enviaban paquetes y abordaban aviones, e incluso casi clausuraron los viajes aéreos en la costa oeste en julio de 1995.
Unabomber obligó a los diarios nacionales The Washington Post y The New York Times a publicar en septiembre de 1995 su manifiesto de 35.000 palabras, “La sociedad industrial y su futuro”, que afirmaba que la sociedad y la tecnología modernas estaban conduciendo a un sentido de impotencia y alienación. Kaczynski era un ecologista radical devenido terrorista.
La publicación obligada de su obra fue un gran triunfo para el terrorista, pero lo llevó a su ruina. El hermano de Kaczynski, David, y la esposa de David, Linda Patrik, reconocieron el estilo del texto y avisaron al FBI, que había estado buscando a Unabomber durante años en la persecución más larga y costosa de la historia. En abril de 1996, lo encontraron en una cabaña de madera de 3 por 4 metros en Montana. La pequeña vivienda estaba llena de diarios, un diario personal escrito en código, ingredientes de explosivos y dos bombas completas.
Unabomber ganó simpatizantes, que lo comparaban con Daniel Boone, Edward Abbey y Henry David Thoreau. Pero en su diario Kaczynski aparecía no como un revolucionario comprometido sino como un ermitaño vengativo impulsado por pequeños agravios. “Ciertamente no pretendo ser altruista o actuar por el ’bien’ (sea lo que sea) de la raza humana”, escribió el 6 de abril de 1971. “Actúo simplemente por un deseo de venganza”. Una psiquiatra que entrevistó a Kaczynski en prisión lo diagnosticó como esquizofrénico paranoico. “Los delirios de Kaczynski son en su mayoría de naturaleza persecutoria”, escribió Sally Johnson. “Los temas centrales involucran su creencia de que está siendo difamado y acosado por miembros de la familia y la sociedad moderna”.
Kaczynski odiaba la idea de ser visto como un enfermo mental y cuando sus abogados intentaron presentar una defensa por demencia, quiso despedirlos. Cuando eso falló, trató de ahorcarse con su ropa interior. Kaczynski finalmente se declaró culpable en lugar de permitir que su defensa procediera con la declaración de demencia. “Estoy seguro de que estoy cuerdo”, dijo Kaczynski a la revista Time en 1999. “No tengo delirios y demás”.