Nicolás Maduro juró como presidente de Venezuela, en una ceremonia que se vio alterada por la irrupción de un desconocido que interrumpió su discurso y llegó a tomarlo por la espalda. Maduro aún debe enfrentar una auditoría electoral, demandada por la oposición y finalmente concedida por la autoridad electoral (ver aparte). En su discurso, Maduro criticó a la oposición, que no lo reconoce como presidente electo, pero llamó al diálogo al país. Maduro recibió el apoyo de varios presidentes regionales, como la brasileña Dilma Rousseff, el cubano Raúl Castro, el boliviano Evo Morales y la argentina Cristina F. de Kirchner. Otros países prefirieron enviar a sus cancilleres o vicepresidentes. La totalidad de los legisladores opositores estaba ausente.
Minutos después de que jurara ante la Asamblea Nacional como presidente y cuando apenas había iniciado su mensaje a la nación, un hombre vestido con una campera roja —el color del oficialismo— entró corriendo al estrado e interrumpió su discurso. El desconocido, que tuvo contacto físico con el presidente, tomó el micrófono de Maduro y gritó "¡Nicolás!, ¡Nicolás!", cuando tres hombres de seguridad se abalanzaron sobre él y lo sacaron del recinto. El titular de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, quien estaba junto a Maduro, tomó también al hombre por la cintura. La televisión estatal suspendió casi de inmediato la transmisión de la imagen directa del podio donde estaba Maduro.. El episodio demostró una grave falla en la seguridad presidencial, dado que el hombre, de estar armado, hubiese podido matar fácilmente al mandatario. El propio Maduro declaró superado el "incidente" y lo atribuyó a un "compañero", con quien después hablaría. "Después conversaremos con este señor, pero él sabe que lo que ha hecho está mal. Esto es un acto oficial protocolar", comentó. Maduro también alcanzó a quejarse de la seguridad. "Me pudieron haber dado un tiro", comentó, y reanudó su discurso.
Maduro anunció que todos los ministros le entregaron una carta con su renuncia. Por otra parte, aseguró que apoya absolutamente al organismo electoral, para que haga "lo que tiene que hacer, en el marco de la ley. No han impugnado (los opositores) las elecciones, las elecciones legalmente no han sido impugnadas, han metido un documento que tiene inconsistencias, que ha estado mal hecho", afirmó. Pero a la vez Maduro admitió la merma electoral que sufrió respecto de Chávez, a la que llamó "pequeña desmovilización electoral". Y, pese a las fuertes tensiones con la oposición que no lo reconoce, Maduro llamó desde su juramentación al diálogo con la oposición, inclusive con el líder opositor Henrique Capriles. para restablecer la paz en el país. "Llamo al cese la división en el país, llamo a todas las personas, a los políticos de la oposición, socialdemócratas, socialcristianos, de centroderecha, de centroizquierda, los llamo a conversar en los distintos escenarios que se pueda conversar, que se puedan presentar, yo estoy dispuesto a conversar. Yo estoy dispuesto a conversar hasta con el diablo, que Dios me perdone", afirmó.
En la sesión se encontraban varios mandatarios latinoamericanos, entre ellos el colombiano Juan Manuel Santos, el cubano Raúl Castro, el iraní Mahmud Amadineyad, el boliviano Evo Morales y el nicaragüense Daniel Ortega. También, las presidentas de Brasil, Dilma Rousseff; de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de Uruguay, José Mujica. Muchos de estos mandatarios se habían reunido previamente en Lima, en una cumbre improvisada de la Unasur, en la que se firmó un documento que respalda la legitimidad de Maduro.
Cacerolazo.Mientras Maduro juraba, en sectores de Caracas se escuchaba un "cacerolazo", protesta reiterada desde las cuestionadas elecciones del domingo pasado. Al mismo tiempo, retumbaron cohetes en el centro de la capital, un recurso del oficialismo utilizado para celebrar el triunfo del sucesor de Hugo Chávez.
El opositor Capriles se pronunció a través de Twitter: "Este gobierno es un «mientras tanto», vienen tiempos buenos pronto". Capriles aprovechó la oportunidad para reiterar la invitación a sus seguidores a escuchar salsa durante la juramentación de Maduro como forma de protesta. "Que se oiga en toda Venezuela la salsa!", y mencionó la popular canción "Mentira Fresca", en versión de Willie Colón, usada durante su campaña electoral.