Las seis fuerzas de la centroderecha italiana propusieron de manera formal al tres veces premier Silvio Berlusconi para la Presidencia de la República y le pidieron al también empresario de medios que acepte la candidatura.
Las seis fuerzas de la centroderecha italiana propusieron de manera formal al tres veces premier Silvio Berlusconi para la Presidencia de la República y le pidieron al también empresario de medios que acepte la candidatura.
“Los líderes de la coalición coincidieron en que Silvio Berlusconi es la figura adecuada para ocupar el alto cargo en esta difícil situación con la autoridad y experiencia que el país merece y que los italianos esperan”, plantearon el viernes las seis fuerzas del sector en un comunicado conjunto tras una cumbre que mantuvieron en Roma.
En vista de la elección del sucesor del actual mandatario Sergio Mattarella que el Parlamento iniciará el 24 de enero, las fuerzas de centroderecha “le solicitan, por tanto, que disuelva favorablemente la reserva mantenida hasta ahora”.
La elección del Presidente se dará con la presencia en “sesión conjunta” de los 630 diputados, los 321 senadores y 58 delegados de las 20 regiones que conforman entre todos los 1.009 “grandes electores” a partir del 24 de enero con una votación al día.
Las primeras tres votaciones, previstas de ser necesarias para el 24, 25 y 26 de este mes, requieren un mínimo de dos tercios para la elección del Presidente, mientras que de la cuarta en adelante basta con obtener la mayoría simple de 505 votos, un escenario al que apunta la centroderecha para poder proclamar al tres veces premier.
Berlusconi, de 85 años, ya cosechó de todos modos el rechazo de fuerzas de centroizquierda como Italia Viva y Libres e Iguales que lo consideran una figura “divisiva” para el país.
El imperio mediático propiedad de Berlusconi empezó a moverse en torno a la campaña. Durante semanas, los canales de televisión de Mediaset han promovido sus ambiciones presidenciales, destacando sus cualidades y logros e ignorando manchas como un juicio en curso por presunto soborno de testigos en un caso judicial, en el que él niega los cargos.
El jueves pasado el periódico Il Giornale, propiedad de su familia, publicó un anuncio a toda página titulado “¿Quién es Silvio Berlusconi... Quién mejor que él?”.
Aunque los ciudadanos comunes no votan en la elección, Berlusconi persigue crear una corriente de opinión pública que respalde su candidatura para terminar de convencer a los legisladores de que le apoyen.
El multimillonario magnate fue primer ministro durante cuatro mandatos, controla tres canales de televisión nacionales, un diario y varias revistas.
Muchos analistas afirman que los antecedentes de Berlusconi -fue condenado por fraude fiscal y celebró fiestas sexuales “bunga bunga”- lo convierten en un candidato nada ideal, y sobre el papel carece del amplio respaldo parlamentario necesario.
Los espacios que plantearon el apoyo formal a Berlusconi son Fuerza Italia, fundada por el expremier; la Liga de Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni como las tres principales y luego Coraje Italia, Unión de Centro y Nosotros con Italia con menor gravitación.
“La figura del nuevo Presidente de la República debe garantizar la autoridad, el equilibrio y el prestigio internacional de quienes tienen la responsabilidad de representar la unidad de la nación”, agregaron las seis fuerzas en el comunicado.
La elección del Presidente se dará con la presencia en “sesión conjunta” de los 630 diputados, los 321 senadores y 58 delegados de las 20 regiones que conforman entre todos los 1.009 “grandes electores” a partir del 24 de enero a las 15 locales (11 de Argentina) con una votación al día.
“A la luz de estas consideraciones, el centroderecha, que representa la mayoría relativa en la asamblea convocada para elegir al nuevo jefe de Estado, tiene el derecho y el deber de proponer una candidatura a la cúspide de las instituciones”, explicaron hoy las fuerzas de centroderecha en el comunicado.
La centroderecha, al día de hoy, podría empezar las discusiones con un piso de 414 votos asegurados de sus seis miembros, mientras las fuerzas de centro de la Cámara podrían acercar otros 91 grandes electores a esos números.
Las primeras tres votaciones, previstas de ser necesarias para el 24, 25 y 26 de este mes, requieren un mínimo de dos tercios para la elección del Presidente, mientras que de la cuarta en adelante basta con obtener la mayoría simple de 505 votos, un escenario al que apunta la centroderecha para poder proclamar al tres veces premier.
Berlusconi ya cosechó de todos modos el rechazo de fuerzas de cenotrizquierda como Italia Viva y Libres e Iguales que lo consideran una figura “divisiva” para el país.
“Las fuerzas políticas de centroderecha trabajarán para encontrar las más amplias convergencias en el Parlamento y también pedirán a los Presidentes de Cámara y Senado que tomen todas las medidas necesarias para garantizar el ejercicio del derecho constitucional al sufragio de todos los 1009 grandes electores”, agregó el comunicado conjunto de este viernes.
Berlusconi tiene en sus espaldas una condena por fraude fiscal y una de primera instancia luego revocada por corrupción de menores, entre una serie de escándalos que envolvieron su paso por el poder y que enmarcan el rechazo de un sector importante de la sociedad.
Mattarella, no a la reelección
Sergio Mattarella, de 80 años, termina su mandato el 3 de febrero y planteó varias veces que no buscará un segundo mandato que le permite la Constitución, aunque un sector de la centroizquierda buscó convencerlo de que haga un “sacrificio”.
El presidente es apreciado por los italianos y se marcha cuando su popularidad se disparó en las encuestas a niveles récord. Lo aclaman en las calles y en los lugares del poder.
Como si fuera un tenor de éxito, en la reciente inauguración de la temporada de ópera en la Scala de Milán el público le pidió el bis. Pero él dio por finalizado su septenio. Mattarella alquiló con discreción hace unas semanas un apartamento en Roma, donde se marchará cuando abandone el palacio del Quirinal dentro de un mes.
No ha sido fácil el septenio de Mattarella, periodo en el que se han sucedido cinco gobiernos. Uno de sus momentos más delicados fue en febrero del año pasado, cuando en plena pandemia y ante la fragilidad del gobierno, sin suficiente apoyo parlamentario, llamó a Mario Draghi, expresidente del banco Central Europeo, para que formara un gobierno de unidad nacional. Los analistas dan como favorito a Draghi en la carrera hacia el Quirinal.
Con el estilo sobrio que lo caracteriza, y en pie durante los 15 minutos que duró su último discurso, Mattarella le dejó muy claro a la clase política que el próximo que debe ser un presidente de todos, olvidarse de partidismos y pensar en el bien común.
El perfil dibujado por Mattarella coincide poco con el líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, un político divisivo. Todos los líderes políticos han elogiado el discurso del presidente de la República, salvo Berlusconi que ha mantenido un silencio ensordecedor.
Por Laura Vilche