El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó este sábado que el país "está en guerra" tras el sorpresivo ataque por tierra, mar y aire de milicianos palestinos, y aseguró que el movimiento Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, pagará "un precio sin precedentes".
"Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. No en una operación, no son rondas de combates, es una guerra", indicó Netanyahu en un video difundido en sus redes sociales, en referencia a la ofensiva que, según cifras preliminares, dejó más de 482 muertos y cerca de 1.800 heridos, según los servicios de emergencia de ambos bandos. La respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no demoraron en atacar la Franja de Gaza.
El brazo armado del grupo islamista palestino Hamás habló de 5.500 proyectiles.
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"Decidimos poner fin a todos los crímenes de la ocupación (de Israel), su tiempo de arrasar sin rendir cuentas terminó", declaró el grupo.
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"Anunciamos la Operación diluvio de Al-Aqsa y disparamos, en el primer ataque de 20 minutos, más de 5.000 cohetes", afirmó.
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"Ordené, en primer lugar, que se desalojaran las comunidades en las que se habían infiltrado terroristas. Esto actualmente se está llevando a cabo. Al mismo tiempo, he ordenado una amplia movilización de reservas y que devolvamos el fuego de una magnitud que el enemigo no ha conocido. El enemigo pagará un precio sin precedentes", explicó Netanyahu en un video publicado en sus redes sociales.
El Ejército israelí anticipó que miles de reservistas serán llamados a filas para operar en Gaza, así como en el norte del país, cerca de las fronteras con Líbano y Siria, y en la ocupada Cisjordania.
Hamás publicó asimismo un video en el que muestra a tres hombres que, según dijo, fueron capturados por sus combatientes.
La denominada operación Inundación de Al Aqsa fue anunciada el sábado por el brazo armado del movimiento islamista las Brigadas Ezzedin al Qassam. El ataque deja a esta hora más de 482 muertos y cerca de 1.800 heridos, según los servicios de emergencia de ambos bandos. La respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no demoraron en atacar la Franja de Gaza.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, compareció de inmediato en la Casa Blanca para comentar «los ataques terroristas» en Israel en compañía del secretario del Departamento de Estado, Antony Blinken.
El demócrata, que defendió en la Asamblea General de la ONU la solución de los dos Estados, confirmó haber mantenido una llamada telefónica con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para trasladarle el apoyo de su administración, que definió como "sólido como una roca e inquebrantable".
Biden remarcó que Estados Unidos está del lado del Estado de Israel y que "nunca dejará de cubrirle las espaldas".
«Nunca hay una justificación para los ataques terroristas». Para detener los ataques dijo haber ordenado a su equipo de seguridad nacional que se comprometa con sus homólogos israelíes: «De militar a militar, de inteligencia a inteligencia, de diplomático a diplomático, para asegurarse de que Israel tiene lo que necesita».
«Permítanme decirlo con la mayor claridad posible: este no es un momento para que ningún partido hostil a Israel explote estos atentados en busca de ventajas», remató Biden, en alusión a la milicia chiíta libanesa Hezbola. «El mundo está mirando».
Las declaraciones del ministro de Defensa, Yoav Gallant, han sido las más contundentes hasta el momento por parte del Gobierno israelí.
"Cambiaremos la realidad sobre el terreno en Gaza durante los próximos 50 años. Lo que había antes ya no existirá. Actuaremos con toda nuestra fuerza", afirmó. "Hoy hemos visto la cara del mal. Hamás ha lanzado un ataque brutal contra los ciudadanos del Estado de Israel, atacando indiscriminadamente a hombres, mujeres, niños y ancianos", ha añadido. "Hamás comprenderá muy pronto que ha cometido un error, un grave error, y pagará un alto precio".
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Las fuerzas armadas israelíes informaron de la activación de sirenas en el sur del país, mientras la Policía pidió a la población permanecer cerca de los refugios antibombas.
En tanto, cientos de palestinos de la Franja de Gaza abandonaron sus casas para alejarse de zonas fronterizas con Israel.
Israel mantiene un duro bloqueo contra la Franja de Gaza, un empobrecido y sobrepoblado territorio palestino, desde que en 2007 asumió todo el poder Hamás.
Desde entonces se produjeron varias guerras devastadoras entre combatientes palestinos y fuerzas israelíes. Las dos partes vivieron tensiones en septiembre, cuando Israel cerró la frontera para los trabajadores palestinos durante dos semanas.
El cierre fronterizo fue criticado como un castigo colectivo que perjudicó a miles de trabajadores palestinos, que pueden ganar más dinero trabando en Israel que en Gaza, donde el desempleo es muy elevado.
La reapertura fronteriza despertó la esperanza de una mejora de la situación en Gaza, donde viven 2,3 millones de personas.
Al menos 232 palestinos han muerto y 1.697 han resultado heridos desde el inicio de las hostilidades en la mañana del sábado, según el último recuento del Ministerio de Sanidad de Gaza. La Media Luna Roja de Palestina informó a su vez de 92 palestinos heridos en Cisjordania, 30 por munición real y ocho por balas de goma. El número de muertos en el sur de Israel sobrepasa los 250. El Ministerio de Sanidad israelí, por su parte, cifra el número de heridos en los 1.104, de los cuales 17 permanecen en estado crítico.
Poco después de la novedad de los ataques, los líderes políticos de Israel propusieron a Netanyahu un Gobierno de emergencia
"En días como estos, no hay oposición ni coalición en Israel". Así arrancó el comunicado emitido en la tarde del sábado por los líderes de las principales fuerzas políticas de la Knesset, el parlamento, que conforman la oposición a Benjamín Netanyahu.
Firmaron el escrito Yair Lapid, Benny Gantz, Avigdor Lieberman y Merav Michaeli, todos grandes referentes de la política del país. Fue su respuesta al anuncio del primer ministro, que confirmaba a primera hora de la mañana del sábado que Israel estaba «en guerra» tras el ataque sorpresa de Hamás en el sur del país. El líder de la oposición, Yair Lapid, fue el primero en dar el paso. "Estoy listo para dejar de lado todas las disputas, para formar un Gobierno de emergencia limitado y profesional, que manejará la campaña difícil, compleja y prolongada que enfrentamos", anunció minutos después de reunirse con Netanyahu.