Altos funcionarios de Defensa israelíes están presionando al primer ministro Benjamin Netanyahu y al ministro de Defensa, general Benny Gantz, para que empiecen a trabajar en un alto el fuego que ponga fin a la confrontación militar con el grupo islámico palestino Hamas en la Franja de Gaza.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) creen que han cumplido la mayoría de sus objetivos desde el comienzo de la operación el lunes por la noche. Previamente, el miércoles y el viernes, Israel rechazó ofrecimientos de tregua formulados por Rusia y Egipto. Hamas favoreció esos pedidos, y de hecho el de Rusia fue gestionado a iniciativa de Hamas. La razón de estas diversas posturas se explica fácilmente: el lunes y martes, Hamas dio un enorme golpe de efecto con sus devastadores bombardeos de cohetes en el sur y centro de Israel. Un armisticio el miércoles o jueves le aseguraba retirarse del conflicto como claro vencedor.
Por esto Israel mantuvo las hostilidades hasta que sus cazas, drones y artillería lograron objetivos estratégicos, como matar a jefes militares de Hamas y a cientos de sus milicianos, según cree la inteligencia militar israelí. Los masivos bombardeos de la madrugada del viernes, con casi 500 toneladas de bombas, parecen no solo haber destruido gran parte de la importante infraestructura de túneles de Hamas, sino también dado muerte a cientos de sus milicianos, que habían tomado posición ante una anunciada ofensiva terrestre israelí que nunca se concretó. El engaño surtió efecto, según estiman los militares de Israel y los milicianos entraron en los túneles a la espera del ingreso de las tropas israelíes en la Franja, algo que no ocurrió. En su lugar, llegaron los cazas y sepultaron los túneles con al menos 470 bombas guiadas por GPS, además de bombardeos de artillería.
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La presión internacional para alcanzar un cese del fuego no deja de creer. Este domingo está previsto que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas celebre una reunión de emergencia para debatir el conflicto en curso.
Y este sábado el presidente estadounidense, Joe Biden, ha mantenido este sábado sendas conversaciones telefónicas con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, y con el presidente palestino, Mahmud Abbas. Netanyahu ha agradecido por su parte a Biden su apoyo “incondicional” a Israel y ha asegurado que están intentando evitar víctimas civiles. Esta es la segunda vez que Biden y Netanyahu conversan desde el inicio de las hostilidades, el pasado lunes.
A la vez, un enviado de Joe Biden llegó a Israel el viernes para iniciar conversaciones destinadas a encontrar una forma de poner fin a las hostilidades. Pero públicamente, Netanyahu ha advertido a Hamas que "aún no ha terminado". "Dije que golpearíamos a Hamas y a otros grupos terroristas con golpes significativos, y lo estamos haciendo", dijo Netanyahu el viernes. "En el último día atacamos objetivos subterráneos. Hamás pensaba que podía esconderse allí, pero no puede". "Los líderes de Hamas creen que pueden escapar de nuestro alcance. No pueden escapar. Podemos alcanzarlos en todas partes, a toda su gente, y seguiremos haciéndolo".
"Nos atacaron en nuestra fiesta (el lunes pasado era el Día de Jerusalén), atacaron nuestra capital, dispararon misiles contra nuestras ciudades; están pagando y seguirán pagando un alto precio por ello", dijo Netanyahu, que sin dudas ve en la ofensiva una ocasión para resucitar políticamente. Antes de las hostilidades estaba camino a ser suplantado como primer ministro. "Todavía no ha terminado. Haremos todo lo posible para devolver la seguridad a nuestras ciudades y a nuestros ciudadanos".
Pero los funcionarios de Defensa han dicho que una continuación de la operación podría acabar conduciendo a un error que arrastrara a Israel a un conflicto más amplio, incluyendo una ofensiva terrestre en la Franja de Gaza que no es popular dentro del establishment militar.
Durante el fin de semana, los cohetes siguieron golpeando a Israel mientras las FDI llevaban a cabo grandes ataques aéreos en Gaza, golpeando docenas de objetivos. Pero también destruyó las oficinas de la agencia de noticias estadounidense Associated Press y del canal qatarí Al jazeera, algo que causó indignación entre los medios internacionales. La acción viola la normativa internacional que protege la tarea de los periodistas en zonas de guerra.
La aviación israelí destruyó las casas del comandante de batallón Tisar Mabasher en Khan Yunis, y del general de brigada Azi Tama'a en Deir al-Balah, que, según la versión israelí, se utilizaban como infraestructura militar. La fuerza aérea también atacó lugares de lanzamiento de cohetes, incluido el lanzador de largo alcance utilizado para disparar cohetes sobre Jerusalén que inició la escalada el lunes. Otros objetivos fueron varios lugares de lanzamiento de misiles tierra-superficie, células terroristas, un centro de inteligencia de Hamas, puestos de observación en tierra y en el mar del sur de la Franja de Gaza, y lugares y células de lanzamiento de misiles antitanque.
Los aviones también atacaron la casa del líder adjunto de Hamas en Gaza, Khalil al-Hayya, además de la oficina operativa del jefe de las fuerzas de seguridad de Hamas, Tawfiq Abu Naim, en Rimal, y dos departamentos pertenecientes a agentes de las fuerzas navales de Hamas, "que servían de almacenes de armas", siempre según la versión oficial israelí.
Masacre de civiles y ataque a periodistas
En un ataque nocturno el viernes contra el campo de refugiados de Shati, murieron diez personas, entre ellas ocho niños. Las FDI admitieron el hecho, pero dijeron que el ataque fue contra un departamento que "sirve como infraestructura terrorista".
Hamas disparó decenas de cohetes hacia Tel Aviv en respuesta a "la masacre de mujeres y niños en el campo de refugiados de Shati."
El Ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamas, declaró que desde que comenzaron los combates han muerto 139 palestinos, entre ellos 39 niños y 22 mujeres. Otros 1.000 han resultado heridos, según el Ministerio de Sanidad. Israel mantiene que la gran mayoría de los muertos son miembros de Hamas o de la Yihad Islámica, la segunda organización armada de la Franja de Gaza.
La fuerza aérea también atacó este sábado por la tarde un edificio de gran altura en Gaza que albergaba varios medios de comunicación, como Al Jazeera y Associated Press. Los residentes del edificio, que también albergaba varios departamentos y otras oficinas, fueron advertidos antes del ataque para que evacuaran el edificio.
Las FDI dijeron que el edificio contenía "activos militares de la inteligencia militar" de Hamás.
"Hamas coloca deliberadamente sus activos militares en el corazón de la población civil de la Franja de Gaza", dijeron las FDI en un comunicado. Estas afirmaciones parecen probadas por videos y fotos satelitales que muestran la cercanía de túneles y arsenales con mezquitas y escuelas. Pero las explicaciones no evitan que hayan existido ataques contra la población civil y los periodistas.
El presidente y director general de AP, Gary Pruit, calificó el ataque de "acontecimiento increíblemente perturbador" y dijo que una docena de periodistas y freelancers de AP habían estado en el edificio y habían sido evacuados a tiempo.