El presidente de Bolivia, Evo Morales, celebró 12 años ininterrumpidos en el gobierno en medio de protestas callejeras en varias ciudades. Los manifestantes le piden que acate el resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016, que lo inhabilita como candidato para las elecciones de 2019. Morales prefirió otro camino: forzar una habilitación del Tribunal Constitucional. La Justicia boliviana está totalmente dominada por el gobierno de Morales.
Mientras el mandatario presentaba un informe anual a la Asamblea Legislativa Plurinacional (el Congreso boliviano), se producían un "cacerolazo" y una marcha callejera en La Paz, un "tractorazo" de productores agropecuarios en Santa Cruz y protestas en Sucre y otras ciudades.
Las protestas contra el gobierno de Evo Morales arrancaron en noviembre pasado, cuando los médicos del país exigieron anular el artículo 205 de un polémico Código Penal, un reclamo secundado también después por varios sectores de la sociedad boliviana.
Tal fue la presión, que el presidente Morales anunció el domingo pasado que pedirá por escrito al Parlamento boliviano su anulación definitiva.
Sin embargo el anuncio no frenó las protestas callejeras, que ahora le piden que respete el resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016 de inhabilitarlo para una nueva reelección como presidente. También exigen al Tribunal Constitucional que modifique el fallo del 28 de noviembre del año pasado que sí habilitó al mandatario para una reelección indefinida. Morales asumió en enero de 2006 y desde entonces se mantuvo al frente del gobierno. Ha modificado la Constitución para lograr sus dos reelecciones, pero como este recurso se agotó, primero recurrió al fallido referendo de 2016, y cuando las urnas le dijeron "No", acudió al Tribunal Constitucional.
Impopularidad
Las protestas se producen en un momento en que la popularidad de Evo Morales se ubica en su momento más bajo de sus 12 años de presidencia, con un 34 por ciento de aprobación ciudadana, según encuesta de Equipos Mori publicada el domingo para el diario El Deber, que constata una caída de 24 puntos.
Durante dos horas, Morales informó ayer al Parlamento de su labor desde 2017, destacando la estabilidad económica que permitió un crecimiento de 4,2 por ciento y una inflación de 2,7 por ciento. "Son doce años de nuestra ‘Revolución Democrática y Cultural' con estabilidad social, económica y política", dijo. También anunció que continuará el programa de industrialización del litio que existe en el salar de Uyuni, y se mostró partidario de incluir en ese proyecto empresas de Alemania. Además, este año comenzará la exportación a China de carne, café y soja boliviana.
Otro elemento importante será el fallo que emitirá en los próximos meses la Corte Internacional de Justicia (CIJ), de La Haya, sobre el litigio de Bolivia contra Chile por una negociación entre ambos países para un acceso soberano al océano Pacífico (ver aparte).
La popularidad de Evo solo llega hoy al 34 por ciento,
según sondeos. Es el nivel más bajo en sus 12 años de presidencia