El juicio político al ex presidente Donald Trump terminó rápidamente este sábado con su absolución y el archivo de la acusación en su contra por "incitar a la insurrección" durante el asalto del Capitolio el 6 de enero. El resultado fue de 57 a favor de la acusación y 43 en contra en el Senado de 100 miembros. Como se requiere de una mayoría calificada de dos tercios, la imputación cayó, el acusado fue absuelto y el segundo juicio político contra Trump en un año fue archivado.
La jornada tuvo giros inesperados. Por la mañana, los demócratas pidieron y obtuvieron del Senado autorización para citar a testimoniar a una legisladora republicana. Esto desató la reacción republicana, prometiendo llamar a "muchos" testigos, tal vez a cientos. Los demócratas volvieron rápidamente sobre sus pasos ante la perspectiva de un "impeachment" interminable en el Senado, cuando el presidente Joe Biden había pedido claramente que se diera prioridad a la agenda ordinaria en el Congreso, fundamental para sacar adelante su gestión.
Así que luego de hacer velozmente sus alegatos finales, se votó en la tarde de Washington con idéntico resultado que hace un año: Trump fue exonerado y no será inhabilitado para ejercer cargos públicos, como pedían los demócratas. Esto deja la puerta abierta a Trump para volver a presentarse como candidato a presidente en 2024, algo que ha prometido hacer. Cerrarle este camino era el objetivo político de la acusación demócrata, además de ventilar ante la nación el rol de Trump en el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero.
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El legislador demócrata y fiscal en el impeachment Jamie Raskin pidió citar como testigo a una colega republicana. Esto cambiaba el programa original, lo que enfureció a los republicanos.
Al inicio de la jornada, uno de los fiscales del caso, el legislador demócrata Jamie Raskin, anunció su deseo de llamar a declarar a la congresista republicana Herrera Beutler, quien el vienes a la noche, después que la defensa de Trump negara que el presidente hubiera faltado a su deber de proteger el Capitolio, reiteró que la razón por la que el mes pasado votó a favor del "impeachment" del entonces presidente fue que el jefe de la bancada republicana en la Cámara baja, Kevin McCarthy, le había contado que cuando llamó a Trump en pleno asalto de sus fanáticos para pedirle que aplacara a la turba, este se puso del lado de los asaltantes (según Herrera, Trump le dijo a McCarthy: "Bueno, Kevin, supongo que esa gente está más enojada que tú con las elecciones"). Ante este planteo, y a pesar de las protestas de la defensa de Trump, el Senado aprobó la petición de los fiscales demócratas por 55 votos a 45, abriendo la puerta a que la defensa también presentara a sus testigos. Cinco senadores republicanos respaldaron la petición: cuatro que han apoyado el impeachment, pero también Lindsey Graham, un aliado de Trump, quien amenazó con llamar a declarar a "muchos, muchos testigos". La defensa incluso habló de convocar a "cientos" de testigos. Esto dejó en evidencia el error de los demócratas a cargo de la acusación.
Se llamó entonces a receso y luego se anunció la marcha atrás de la decisión de citar a testigos y extender el juicio político. Se iba a terminar este mismo sábado, tal como se había previsto la noche del viernes. Y así se hizo. En cuanto al testimonio de Herrera, se llegó a una solución de compromiso: se aceptó como prueba la declaración escrita que ella publicó la noche del viernes. Herrera es una de los 10 republicanos de la Cámara baja que votó a favor del impeachment a Trump el pasado 13 de enero, Pero su declaración escrita tenía destino de archivo, dado que los jefes de los dos partidos ya habían decidido retomar el programa anterior: hacer alegatos finales y votar.
El segundo juicio político de Trump duró así solo cinco días de argumentos ante el Senado, lo que lo convierte en el más corto de la historia. El récord anterior lo tenía también Trump en 2020, cuando su impeachment por "invitación a la injerencia extranjera en las elecciones" duró 21 días.
Pero los demócratas no se han dado por vencidos del todo en su objetivo político, que es sacar a Trump de la carrera presidencial en 2024, cuando Biden debería buscar la reelección, como es tradición, o bien dejar su candidatura a la vice, Kamala Harris, por razones de edad. Varios han ventilado la idea públicamente: citar la 14ª Enmienda de la Constitución, que establece que el Congreso puede prohibir el acceso a cargos públicos a personas que "hayan participado en una insurrección o rebelión" contra los Estados Unidos. Su objetivo original era impedir que los antiguos confederados sirvieran en el gobierno después de la Guerra Civil (1861-1865). La iniciativa tomaría la forma de una "resolución de censura" que incluiría elementos de la 14ª Enmienda para logra la inhabilitación para ejercer futuros cargos.