El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, llegó este lunes a la capital brasileña, donde se reunió con el canciller brasileño y luego con el presidente Lula da Silva. Lavrov expresó su "gratitud por el enfoque de Brasil" sobre la invasión rusa de Ucrania y presionar por el fin de las hostilidades. El planteo de Lula y su gobierno irrita tanto a Kiev como a Occidente. Lavrov afirmó que Rusia está "interesada" en que el conflicto en Ucrania termine "lo antes posible", durante una rueda de prensa con el canciller brasileño, Mauro Vieira. No hubo imágenes de su reunión posterior con el presidente Lula, sólo una información verbal del canciller Vieira.
"Agradecemos a los amigos brasileños su excelente comprensión de esta situación, agradecemos el deseo de contribuir a buscar vías para resolverla", dijo Lavrov. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo en Abu Dhabi que tanto Rusia como Ucrania, "habían decidido ir a la guerra", y un día antes en Pekín dijo que Estados Unidos debe dejar de “estimular” la continuación de la guerra proveyendo armas a Ucrania. A principios de este mes, Lula sugirió que Ucrania debería ceder Crimea, invadida y anexada ilegalmente por Rusia en 2014, para poner fin a la guerra. Lula insistió: "hay que sentar a los dos a la mesa", declaró recientemente en China. Lula pone así a las dos naciones en el mismo plano, cuando la evidencia señala que Rusia es la agresora, la que inició la invasión de su vecina de manera masiva el 24 de febrero de 2022. Ese día, once columnas militares rusas entraron a Ucrania, en una ofensiva tan masiva como fallida. Apenas dos días después, la ofensiva estaba estancada al norte de Kiev y de Jarkov, y solo progresó, pero con mucho esfuerzo, en la franja sur de Ucrania, hacia el este.
Después de reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Lavrov declaró en conferencia de prensa que Occidente se ha involucrado en "una lucha bastante dura" para mantener su "dominio en los asuntos mundiales", incluida la economía y la geopolítica. “En cuanto al proceso en Ucrania, estamos agradecidos a nuestros amigos brasileños por su excelente comprensión de la génesis de esta situación. Estamos agradecidos por esforzarse por contribuir a encontrar formas de resolverlo”, dijo Lavrov. Esta es la línea discursiva de Moscú desde que la guerra se hizo crónica: reclamar un orden mundial multipolar, como si este objetivo tuviera alguna relación con su invasión de Ucrania, plagada de crímenes de guerra. Al mismo tiempo que Lavrov hablaba en Brasilia, en Moscú era condenado a 25 años de prisión un periodista opositor, y dos días antes misiles rusos devastaron edificios de departamentos en una ciudad ucraniana, matando a al menos 15 civiles.
Los comentarios recientes de Lula, que igualan responsabilidades por la invasión de Rusia, van en contra de la posición de las 27 naciones de la Unión Europea, EEUU, Canadá, Japón y muchas otras naciones. Pero no son nuevas en Brasilia: el predecesor de Lula, el derechista Jair Bolsonaro, fue un valioso aliado de Rusia, aunque con un tono más recatado. El presidente ucraniano Volodimir Zelensky ve en toda conversación que lleve a un alto el fuego una oportunidad de oro para Rusia, que está agotada y necesita reclutar más hombres y fabricar más tanques para recomponer su ejército.
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, dijo a los periodistas que Rusia representa una cuarta parte de las importaciones de fertilizantes de Brasil y que él y Lavrov discutieron medidas para garantizar su provisión. También reiteró que Brasil considera que las sanciones contra Rusia causan impactos negativos en la economía mundial, y que Brasil apoya un "alto el fuego inmediato en Ucrania".
Como parte de su esfuerzo por poner fin a la guerra, Lula retuvo municiones a Ucrania, a pesar de una solicitud del canciller de Alemania, Olaf Scholz. Ya había indicios de que Moscú aprecia la postura de Lula. Uno de los 50 documentos de inteligencia filtrados por un soldado estadounidense recientemente dice que, a fines de febrero, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia apoyó el plan de Lula para establecer un "club de mediadores" supuestamente imparciales, ya que "rechazaría la política de Occidente".
Brasil apunta a evitar enfrentarse a un proveedor clave de fertilizantes para sus plantaciones de soja , cuyas exportaciones se destinan en gran medida a China. Tanto Rusia como China ocupan asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU, y Brasil ha buscado durante décadas unirse a ellos. Lavrov dijo este lunes que Rusia respalda a Brasil.
Vinicius Vieira, profesor de relaciones internacionales en la Fundación Getulio Vargas, dijo que los comentarios de Lula sobre Ucrania fueron "mal calibrados" y que decir que Kiev debería ceder Crimea favorece a Rusia. Esta violó abiertamente la legislación internacional al ocupar y anexar Crimea. “El tema de los fertilizantes es fundamental, pero eso se resolvería bien si Brasil se mantuviera neutral, llamando a todas las partes a hablar, pero sin decir que Ucrania le debe algo a Rusia”, dijo Vieira. Lavrov se reunió posteriormente con el presidente Lula, pero no se dieron a conocer imágenes ni comunicados oficiales del encuentro. Según el ministro Vieira, Lula aceptó una invitación del presidente ruso, Vladimir Putin, para asistir a un foro económico en San Petersburgo. "El ministro Lavrov fue el portador de una carta de Putin a Lula para que fuera a Rusia al foro económico de San Petersburgo", dijo Vieira a los periodistas a la salida del Palacio de la Alvorada, donde Lavrov se reunió con Lula. Luego de su paso por Brasil, Lavrov viajará a Venezuela, Cuba y Nicaragua.