El presidente estadounidense, Donald Trump, descartó ayer cualquier retirada de Afganistán, dejando la puerta abierta al envío de más tropas, y reprendió con fuerza a Pakistán por ser "un refugio" de extremistas. Los talibanes reaccionaron rápidamente al anuncio y prometieron un "nuevo cementerio" a los estadounidenses si estos se empeñaban en permanecer en el país. "Mientras quede un solo soldado estadounidense en nuestra tierra, y sigan imponiéndonos la guerra, continuaremos con nuestra yihad", amenazaron. Además, reivindicaron el lanzamiento de un cohete que apuntó a la embajada estadounidense en Kabul el lunes. Expresándose de manera solemne en un discurso de veinte minutos, Trump recalcó su convicción de que una retirada precipitada de Afganistán crearía un vacío que beneficiaría a los "terroristas", tanto de Al Qaeda como del grupo Estado Islámico. No aportó ninguna cifra sobre las tropas ni ninguna fecha, juzgando que esto podría ser "contraproducente".