París.— El gobierno de Francia está cada vez más bajo presión por el
escándalo de las donaciones electorales, después de que se difundieran por primera vez supuestas
pruebas escritas sobre el financiamiento del partido del presidente Nicolas Sarkozy, el UMP, de
parte de la poderosa dueña de L'Oreal.
En 2006, Liliane Bettencourt, la multimillonaria heredera del imperio
L’Oreal, y su esposo André pagaron 30.000 euros (38.000 dólares) a Sarkozy, quien entonces
todavía no había presentado su candidatura a presidente, y a su partido.
Según informó ayer la versión online de "Le Nouvel Observateur", se emitieron
cuatro cheques diferentes, para no superar el límite máximo legal permitido. Tanto Liliane
Bettencourt como su esposo firmaron cada uno un cheque para una asociación para respaldar a Sarkozy
y otro cada uno para su partido.
El cuestionado actual ministro de Trabajo, Eric Woerth, recibió los cheques en
la sede del partido UMP.
La revista online publicó una carta al respecto del administrador del patrimonio
de Bettencourt, Patrice de Maistre, a André Bettencourt, titulado "Financiación UMP, NS", en la que
"NS" se referiría a Nicolas Sarkozy.
En el caso de que se demuestre la autenticidad del escrito, estaría
contradiciendo declaraciones anteriores de De Maistre, quien hasta ahora afirmó que antes de las
elecciones regionales de 2010 no se ocupó del financiamiento de políticos. También había asegurado
que no había mantenido relaciones directas con Woerth.
¿Favores a amigos? En tanto, Woerth está involucrado en un nuevo escándalo por
estar bajo sospecha de nepotismo.
Según informaciones publicadas por el semanario "Le Canard Enchainé", Woerth
habría sido responsable de vender en marzo de 2006, cuando todavía era ministro de Presupuestos, 57
hectáreas en la localidad de Compiege (cerca de París) a Societé des Courses de Compiege, empresa
dirigida por un amigo suyo, a un precio menor que el del mercado.
De este modo, Woerth habría vendido los terrenos con un hipódromo y un campo de
golf por sólo 2,5 millones de euros, es decir, unos 20 millones de euros por debajo del precio de
mercado, a Antonie Gilibert, presidente de Societé des Courses, que ya era en ese momento la
arrendadora de la finca.
Woerth negó ayer estas acusaciones. "(La propiedad) fue vendida de acuerdo con
las estimaciones del Estado en el marco de la política de ventas de los inmuebles estatales", dijo
el ministro a la cadena RTL. "No se infravaloró la propiedad. No se puede construir en ella. Es
sólo un terreno para un hipódromo", añadió.
Por su parte, Gilibert aseguró a RTL que "nunca" vio al ministro y que la
organización que dirige viene alquilando el terreno desde hace 120 años.
La respuesta del Ministerio de Economía francés a las acusaciones contra Woerth
fue inmediata y afirmó que la supuesta venta fraudulenta del terreno en Compiege es falsa y que se
había hecho de forma totalmente legal.
Credibilidad en baja. Mientras tanto, según una encuesta publicada ayer por el
diario "Le Parisien", la credibilidad de Sarkozy ante asuntos como la reforma de las pensiones y el
escándalo de L’Oreal se desplomó tras la entrevista televisiva realizada por el presidente el
lunes pasado. En torno a un 57 por ciento de los franceses se mostraron "no convencidos" de la
intervención en televisión.
De acuerdo al sondeo, los franceses han perdido la confianza en su presidente en
un momento en el que, por primera vez, Sarkozy se había pronunciado sobre el escándalo que asuela a
su partido.