Organizaciones humanitarias extranjeras suspendieron sus operaciones en Afganistán, tras la decisión de los gobernantes talibanes de prohibir que las mujeres trabajen para organizaciones no gubernamentales. "No podemos trabajar sin ellas", alegó una de las ONG.
Save the Children, el Comité Internacional de Rescate, el Consejo Noruego para Refugiados y CARE dijeron que no podían llegar de forma eficaz a niños, mujeres y niños que necesitan ayuda con desesperación en Afganistán sin su personal femenino. "Hemos cumplido con todas las normas culturales y simplemente no podemos trabajar sin nuestras dedicadas trabajadoras, que son esenciales para que podamos acceder a las mujeres que necesitan ayuda con desesperación'', dijo Neil Turner, director en Afganistán del Consejo Noruego de Refugiados. El grupo tiene 468 trabajadoras en Afganistán.
La decisión del Talibán ha recibido críticas internacionales. Estados Unidos afirmó que el veto interrumpiría una asistencia a millones de personas que es vital y salva vidas. El país está sumido en una aguda crisis económica, que empeoró desde que los talibanes tomaron el poder por las armas en agosto de 2021. La economía afgana entró en caída libre desde que Talibán tomó el control del país y lo transformara con sus restricciones, hundiendo a millones de personas en la pobreza y el hambre.
La ayuda internacional se detuvo casi de inmediato. Las sanciones a los talibanes, la suspensión de las transferencias bancarias y la congelación de miles de millones de dólares de activos afganos han restringido el acceso a las instituciones globales y las divisas que mantenían la economía del país, casi totalmente dependiente de la ayuda extranjera desde antes de la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la Otán. El débil gobierno democrático sostenido por Occidente cayó apenas se retiraron las fuerzas estadounidenses en julio/agosto de 2021.
"Las mujeres son cruciales para las operaciones humanitarias en todo el mundo'', dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. "Esta decisión podría ser devastadora para el pueblo afgano''.
La orden para las ONG forma parte de una carta del ministro de Economía, Qari Din Mohammed Hanif. Cualquier organización que incumpla la orden verá revocada su licencia para operar en Afganistán, indicó. Es un nuevo golpe a los derechos y libertades de las mujeres desde que el Talibán tomó el poder, y sigue a grandes restricciones sobre la educación, el empleo, la vestimenta y los desplazamientos.
La sucesión de edictos del gobierno talibán, formado íntegramente por hombres islámicos, recuerda al gobierno anterior del grupo islamista en la década de 1990, cuando expulsaron a las mujeres de la educación y los espacios públicos e ilegalizaron la música, la televisión y muchos deportes. En ambos períodos, los talibanes llegaron al poder por las armas y nunca convocaron elecciones. Ahora tampoco piensan hacerlo.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dijo estar consternado por la orden a las ONG. "Las Naciones Unidas y sus socios, incluidas organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales, ayudan a más de 28 millones de afganos que dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir'', indicó en un comunicado.
La orden del Ministerio de Economía se publicó unos días después de que el Talibán prohibiera que las mujeres asistieran a la universidad, lo que provocó condenas internacionales y manifestaciones en grandes ciudades afganas. La represión que sufrieron las manfestantes fue violenta.
En torno a medianoche del sábado en la ciudad occidental de Herat, donde se habían dispersado protestas anteriores con bastones y cañones de agua, la gente abrió sus ventanas y coreó "Alá Akbar'' (Dios es grande) en solidaridad con las universitarias. En la ciudad sureña de Kandahar, también el sábado, cientos de estudiantes varones boicotearon sus exámenes de final de semestre en la Universidad de Mirwais Neeka. Uno de ellos dijo a The Associated Press que fuerzas talibanas habían intentado dispersar a la multitud cuando salía de la sala de exámenes. "Intentaron dispersarnos, coreamos lemas, entonces otros se sumaron'', relató Akhbari, que sólo dio su apellido. "Nos negamos a movernos y el Talibán pensó que estábamos protestando. Los talibanes empezaron a disparar sus rifles al aire. Vi que golpeaban a dos chicos, uno de ellos en la cabeza''. Un vocero del gobernador provincial de Kandahar, Ataullah Zaid, negó que hubiera una protesta. Algunas personas fingieron ser estudiantes y profesores, dijo, pero fueron detenidos por estudiantes y fuerzas de seguridad, según su versión de los hechos.