Hoy se conmemora el centenario de una medida de fuerza del magisterio santafesino sin precedentes en la historia educativa nacional. Fue el 15 de mayo de 1921, cuando maestras y maestros iniciaron, como acto de resistencia y en defensa de sus derechos como trabajadores, una huelga que impactó en todo el territorio provincial.
Los reclamos eran incontestables. Las crónicas de La Capital de aquellos días mencionan dieciséis meses de sueldos adeudados, el pedido de construcción de edificios adecuados y la provisión regular de muebles y útiles para el desarrollo de las clases. Motivos más que suficientes para iniciar un plan de lucha que con la resistencia del colectivo se extendió a lo largo de varios meses.
En aquel momento se atravesaba una situación crítica en materia educativa a causa de la morosidad del gobierno provincial. Una situación que llegó a agravarse por el incumplimiento de pago no solo de los salarios docentes, sino también de los alquileres de los locales que ocupaban las escuelas fiscales. Una irregularidad que se contabilizaba desde el año 1917.
El magisterio resistió el embate y supo defender sus derechos laborales en asambleas, manifestaciones públicas y en alianza con otras organizaciones obreras. El diario La Capital cubrió los pormenores de un conflicto que se presentaba como inédito. Lo que sigue son fragmentos de una sucesión de crónicas publicadas durante el mes de mayo de 1921, sobre una huelga que comenzó el día 15 y que sentó un precedente en la capacidad de organización y lucha de las y los docentes santafesinos.
"La construcción de edificios adecuados, 16 meses de sueldos adeudados y la provisión de muebles eran los principales reclamos” "La construcción de edificios adecuados, 16 meses de sueldos adeudados y la provisión de muebles eran los principales reclamos”
El 3 de mayo de 1921 se publica la declaración de huelga de la Federación Provincial de Maestros. La nota dice: “La Federación decidió adoptar las resoluciones que siguen: ponerse de pié en conmemoración del 1º de Mayo y como homenaje a los trabajadores del mundo. Declarar la huelga de maestros en toda la provincia haciéndola efectiva el 15 del corriente; comunicar tal resolución a los poderes provinciales, a las sociedades magisteriales, entidades obreras y estudiantiles del país; ratificarse en la adhesión solidaria de las clases trabajadoras; gestionar ante quienes correspondan la supresión de las escuelas normales incorporadas a establecimientos religiosos”.
El 8 de mayo La Capital visibiliza las desavenencias entre el magisterio y los funcionarios provinciales. En una nota titulada “Conferencia fracasada” narra: “El presidente del Consejo General de Educación de la provincia, Sr. Vicente Palma, invitó a los maestros de esta ciudad a una conferencia a realizarse ayer a las 16 en el local de la escuela Normal Nº 2 con motivo de la situación del magisterio en general. (...) cuando afirmó que se procedería con energía contra los malos elementos, los que se consideraban disolventes, varios asambleístas exteriorizaron su protesta, por lo que el Sr. Palma se retiró sin haberse entrado a cambiar opiniones. (...) De la concurrencia se improvisaron varios oradores y un grupo de los más exaltados salieron en manifestación desfilando por la calle Córdoba y levantando tribuna en la plaza de Mayo”.
El mes de mayo avanzaba y la Federación Provincial de Maestros continuaba generando un ambiente favorable para la ejecución de la huelga declarada para el día 15. Se realizaron asambleas en espacios públicos. Córdoba y Sarmiento era una esquina siempre protagonista, donde tomaban la palabra maestros y delegados de diversos centros obreros. Entre los dirigentes que siempre alzaban la voz se encontraban Urbano Rodríguez, Francisco Armadá y Martín Herrera.
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El maestro Francisco Armadá fue uno de los oradores de las jornadas de lucha.
Estudiantes y trabajadores
El 14 de mayo La Capital publica la crónica titulada “Entusiasmo estudiantil”, donde hace referencia a un actor siempre presente, que a través de sus manifestaciones públicas no solo se pronunció en apoyo al magisterio sino que visibilizó los pormenores de un conflicto inédito. Dice la crónica: “Un aspecto interesante ofrecieron ayer diversas calles de nuestra ciudad con motivo de la manifestación de solidaridad de numerosos estudiantes hacia los maestros provinciales, cuyo abandono de las tareas ha sido fijado para el 15 del corriente”.
Sobre las manifestaciones de respaldo estudiantil, La Capital informa de las múltiples convocatorias a las que se lanzaron los estudiantes de las principales casas de estudio de la ciudad. “Las alumnas del curso normal que concurren actualmente a la escuela Normal Nº 2 han resuelto adherirse a la huelga de maestros desde el lunes 16 hasta que los demás establecimientos nacionales de educación vuelvan a funcionar (...). El centro de estudiantes de la Escuela Superior Nacional de Comercio invita a todos los estudiantes de la escuela a concurrir al gran mitin que se celebrará hoy, patrocinado por el magisterio provincial, para protestar contra el desquicio de la instrucción pública de la provincia. (...) En la sesión de anoche, la Federación Universitaria resolvió declarar por tiempo indeterminado la huelga de solidaridad con el magisterio. (...) El centro de estudiantes de la Escuela Normal Nacional de Maestros Nº 3, adhiriendo al movimiento iniciado de la Unión de Magisterio, ha resuelto decretar la huelga por el término de 8 días”.
Finalmente la huelga de maestras y maestros se hizo efectiva el 15 de mayo y la medida de fuerza se extendió durante meses. La hazaña no se realizó en soledad, porque en este plan de lucha el magisterio de la provincia fue acompañado por el estudiantado local y contó con el respaldo de otros gremios, como el sindicato de trabajadores municipales y panaderos.
La huelga de maestras de 1921 forma parte de las memorias de la ciudad. Una historia de lucha donde las principales protagonistas fueron mujeres, aunque en las crónicas de la época los oradores siempre tuvieron nombre de varón. Una gesta principalmente femenina, de mujeres organizadas que supieron defender sus derechos laborales y que en esta acción, sentaron las bases para la creación de la Asociación del Magisterio de Santa Fe en 1928.