Interpelar legítimamente al gobernador (a los gobiernos de todo orden) sobre el tema vivienda docente, porque 104 casas no alcanzan a cubrir la demanda real y porque una familia tipo necesita sanamente dos dormitorios, así como quisiéramos que fueran las casas de nuestros alumnos, puede ser; pero de ninguna manera comparto las otras críticas vertidas por la docente Claudia Daz. ¿Oponernos a que se construya desde el Fondo Nacional para la Vivienda? Entonces, ¿desde qué lugar se habla de vivienda social y del uso social de la tierra? Los descampados se ocupan y se transforman en barrios de trabajadores. Seguramente, la pelea que sigue será asegurar los servicios de transporte necesarios. ¿La zona es peligrosa porque linda con una villa de emergencia, en donde viven las infancias y adolescencias que pueblan las escuelas públicas? Con ellos trabajamos y construimos futuro, y es por ellos que damos pelea cotidianamente con la educación como herramienta de liberación, porque también es suyo el derecho de padres y madres con trabajo, de acceso a viviendas y vidas dignas. Los trabajadores ocupados merecemos los mismos derechos que los trabajadores desocupados. Y más vulnerables ellos, que necesitan, quieren y merecen trabajo.