“De «Rey» de la efedrina o de «Fantasma» no tengo nada”. Mario
Roberto Segovia, el rosarino procesado como el mayor contrabandista de esa sustancia a México, se
despegó de los motes que lo siguen desde que fue detenido hace más de un año en Rosario. Lo hizo en
un voluminoso descargo escrito ante la Justicia federal en el cual remarcó que, pese a la dimensión
del tráfico que le endilgan, nunca le secuestraron “ni un gramo” de ese precursor para
la elaboración de drogas sintéticas.
“Simplemente soy un empresario que realiza distintos
emprendimientos comerciales enmarcados en la ley y que trabaja con esfuerzo en esta Argentina que
nos toca vivir. El «Rey», el «Fantasma», no tiene ni un gramo de efedrina. Sorprendente. Señora
jueza: que no se entere la prensa”, ironizó Segovia en un extenso escrito de más de 300
páginas. Allí respondió a las acusaciones que le formularon en uno de los tres expedientes en los
que fue procesado: el que llevaba adelante el suspendido juez de Zárate-Campana Federico
Faggionatto Márquez y luego quedó a cargo de la reemplazante Sandra Arroyo Salgado.
La presentación, patrocinada por el abogado Carlos Varela, fue realizada
a los fines de “demostrar su inocencia” en la causa por la ruta de la efedrina de
Argentina a México, en la que Segovia fue procesado como líder de una asociación de contrabando. La
nueva jueza le dictó un segundo procesamiento el año pasado, tras la evidencia colectada por su
antecesor el 12 de octubre en 27 allanamientos que se hicieron en Rosario. Ese operativo se realizó
tras advertirse que el llamado Rey de la Efedrina seguía comandando negocios de tráfico tras las
rejas de Ezeiza.
En noviembre, la jueza lo procesó junto a tres familiares directos como
miembros de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes. Consideró que Segovia siguió
operando desde la cárcel “o al menos manteniendo vigente y agazapada su organización
criminal”.