Borges definía poéticamente a su padre en la distancia, del tiempo pasado, lo comparaba con la lluvia, decía: “Bruscamente la tarde se ha aclarado, porque ya cae la lluvia minuciosa, cae o cayó… La lluvia es una cosa… que sin duda sucede en el pasado”. Debo reconocer que mi vida y la relación con mi padre, por su partida tan joven y hace ya 37 años, era de pasado. Pero como esas técnicas de la escuela en la clase de dibujo que de la escuela, que nos ponían una hoja canson blanca y había que comenzar por la línea del horizonte y luego dos líneas que salían de los vértices de la hoja y se encontraban en un punto en medio de la línea del horizonte, que llamaban punto infinito, siendo que mi camino me lleva a mi padre y me reencuentro con el, probablemente la edad, los años y pensamientos semejantes, momentos de la vida que uno no mira ya las vidrieras de la vida buscando cosas para uno sino para los hijos. Así es mi relación con mi padre hoy, afectuosa, silenciosa y lejana, pero que se acerca a un punto en la hoja de la vida, lentamente. Su ultimo mensaje, su mirada, su esperanza fue clara: sé un hombre digno. Lo intenté e hice lo que pude, hoy es más fácil; mis pasos son más tranquilos, mis tragos en el bar de hace 20 años son pausados, disfruto el aire y un café en el bar de la playa, aún en invierno, veo a mi alrededor y sólo formando parte de este lugar del mundo, este sentir de cosas que pasan creo ser un tipo digno de los que me rodean. Estoy muy seguro que soy en mi vida lo que mi padre quiso ser, parte de sus células y sus pensamientos más aquella parte de su energía que aun tengo, así lo indican. Todos mis mundos, mis pequeños logros laborales, mis grandes logros de amor, de mis hijos son y están dedicados a él. La llegada de Emma, mi nieta, me da seguridades, su mirada es mi mejor calificación, es mi reporte de bonus no de año de vida y entiendo más aquel hombre que me llevaba de la mano indicándome el sendero en aquel pueblo donde nací. Hace 37 años no toco sus manos ni escucho su voz, sí recuerdo cada instante su cálida paz y su tranquilidad de que sabía que algún día llegaría a ser lo que quería ser, estos días lo estoy sintiendo, al ser uno solo, llegamos. Para los que tienen sus padres, permítanme contagiar ese abrazo y pedirle sea fuerte. Para los que como yo estoy aquí frente a esta PC esta en este momento recordándolo, dediquémosle este día como cada uno de nuestras vidas en agradecimiento por algo que se puede contener en una sola palabra: todo.