Un policía federal retirado que trabajaba como empleado de seguridad del bingo de la localidad de San Francisco Solano fue asesinado ayer de una ráfaga de ametralladora por delincuentes que huyeron con dos sacas con 150.000 pesos de la recaudación. Fuentes policiales identificaron a la víctima como Isidoro Pucheta, de 72 años, quien murió en el acto tras recibir al menos ocho impactos de bala en su cuerpo.
Los voceros confirmaron que el hecho ocurrió pasadas las 10 de ayer en el bingo Golden Jack de la mencionada localidad del partido de Quilmes, en el sur del conurbano bonaerense. El ex policía, uno de los responsables de la seguridad en el bingo, llevaba junto a otros dos vigiladores desarmados dos sacas con el dinero desde la casa de juegos hasta una sucursal del Banco Provincia ubicada en la misma cuadra.
Cuando llegaban al banco los custodios fueron sorprendidos en la calle por al menos cuatro ladrones que llegaron en dos vehículos: una camioneta Renault Duster y un auto Audi. Según los voceros, al ver a los asaltantes Pucheta extrajo de entre sus ropas su pistola pero los delincuentes abrieron fuego con una pistola calibre 45 y una ametralladora 9 milímetros..
"No sabemos si el policía retirado llegó a disparar. Sí sacó su pistola, una 9 milímetros que quedó tirada junto al cuerpo", contó el jefe de la departamental de Quilmes, Fernando Grasso.
El ex policía, quien estaba vestido de traje, cayó malherido y murió en el lugar mientras que los dos vigiladores que lo acompañaban lograron escapar corriendo y salieron ilesos. Los ladrones tomaron las dos bolsas con dinero que llevaba Pucheta y huyeron en la camioneta, dejando abandonado el Audi. "Por lo que hablamos con las autoridades del bingo, el monto de lo robado asciende a unos 150 mil pesos", dijo Grasso.
Plan. La policía cree que se trató de un hecho planificado, que los delincuentes contaban con información sobre el horario y la modalidad de traslado del dinero desde el bingo al banco. Por ello se investiga si hubo un "entregador".
"Lo habitual es que estos empleados de seguridad trasladen a pie hasta el banco sumas mucho más chicas, de entre 10 y 15 mil pesos. Un traslado de dinero como este no era común sin un camión de caudales. Estamos prácticamente seguros de que alguien le dio esta información a la banda", afirmó Grasso.
Ayer se analizaban cuatro o cinco grabaciones de las cámaras de vigilancia del banco y del bingo con la intención de poder identificar a alguno de los autores del hecho.
En el lugar también trabajaron peritos de la policía científica, quienes buscaron rastros de los delincuentes en el auto abandonado por la banda y recolectaron las evidencias balísticas.