La presidenta Cristina Fernández de Kirchner reunió a los referentes santafesinos y les bajó un concepto: generosidad y más generosidad en el armado político, con todos los referentes peronistas, desde el dirigente más modesto al más relevante, dentro de un gran acuerdo. Que nadie en el territorio provincial quede fuera de la integración.
Luego surgieron los nombres principales de las fórmulas, el renunciamiento de quienes habían soñado con una candidatura que no será, y a rodar la campaña.
Hubo corcoveos y resistencias que no llegaron a mayores. Más temprano que tarde, todos se alinearon con un concepto político irrefutable: el peronismo en Santa Fe no tiene margen para expresar nuevos fraccionamientos en las internas provinciales con la vana ilusión de luego juntar a las distintas corrientes en la elección general. “Eso ya fracasó en 2011”, reconocen todos.
Las razones de este rápido realineamiento, tras la deserción de María Eugenia Bielsa, encuentra su explicación primaria en los golpes que viene recibiendo el peronismo santafesino desde la derrota en 2007 ante el socialista Hermes Binner.
“Bienaventurados los que están en el fondo del pozo, porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando”, escribió el cantautor Joan Manuel Serrat. La frase ilusiona al peronismo provincial, que arrancará la campaña como punto, pero sueña terminar como banca.
De todas maneras, frases alusivas hay muchas. Y en sentidos inversos: “Siempre se puede estar peor” podría describir la decadencia, en el caso de que se profundice.
El vértice del nuevo armado, bendecido y apoyado materialmente por la Casa Rosada, Omar Perotti, se encontró con una propuesta riesgosa, a la que no rehusó. Aunque tal vez lo seducía más acompañar a María Eugenia Bielsa. Ahora, ante el hecho consumado, el rafaelino, si bien es el elegido por Cristina, imagina una campaña acorde a su perfil, lo más lejos posible de la estética apasionada, irreductible, con que construye política la presidenta.
Perotti buscará integrar sectores productivos, y no subrayar discusiones ideológicas. Si podrá o no entenderse con los votantes desde un perfil moderado e ideológicamente más difuso, son interrogantes que terminarán contestando las urnas. La presidenta, mientras tanto, se prepara para un semestre políticamente sangriento. Y ya avisó que devolverá cada golpe, cada intento destituyente, duplicando la apuesta.
Sobre ese y otros puntos se sitúan los interrogantes que deberá resolver el candidato del peronismo santafesino: ¿Habrá concordancia entre el discurso de contornos ideológicos definidos de CFK, con un discurso de bajas calorías que expresa con más comodidad Perotti?
Cada elección tiene su propio microclima. No es igual votar en la ciudad, en la provincia, a legisladores o a presidente. Sobre esos márgenes buscará navegar este nuevo conglomerado de sectores peronistas santafesinos, que ofrece como novedad política una fórmula unificada en su vértice superior. La apuesta empezó a rodar.