Dos policías detenidos el jueves acusados de pertenecer a la llamada banda de Los Monos fueron indagados ayer como miembros de una asociación ilícita. Se les reprocha haber suministrado al clan información sobre operativos policiales en curso y por eso fueron imputados, además, de los delitos de cohecho, violación de secreto y encubrimiento agravado. Los efectivos se proclamaron inocentes, respondieron preguntas y pidieron escuchar las conversaciones telefónicas que les atribuyen. Uno de ellos reconoció haber hablado a través de un handy con el prófugo Ramón "Monchi" Machuca porque, según dijo, éste lo contactó para entregarse.
Los policías Eduardo E. y Diego C. están detenidos por orden del juez de Instrucción Juan Carlos Vienna, que investiga a bandas narcocriminales con eje en el accionar de la familia Cantero. Una pesquisa que se inició con el crimen de Martín "Fantasma" Paz, el joven de 27 años asesinado en septiembre de 2012 en Entre Ríos y 27 de Febrero.
Junto a ellos también fueron apresados los uniformados Sergio B., que trabajaba en la Unidad Regional XVII de San Lorenzo, y Juan D., que estaba con licencia por carpeta médica. Los dos declararon el viernes, negaron vínculos con la familia Cantero y siguen presos. Con ellos suman nueve los uniformados ligados a la causa, los cinco restantes bajo el régimen de prisión domiciliaria.
Ronda. La ronda de indagatorias se reanudó ayer en el juzgado de Instrucción Nº 4, en presencia de la fiscal Adriana Camporini y otros dos fiscales abocados a la causa.
El primero en hablar fue el suboficial Eduardo E., quien este año cumplió funciones como secretario del jefe en las comisarías 2ª y 15ª. Tiene más de treinta años de antigüedad en la fuerza y se encontraba con licencia médica, a punto de jubilarse.
Fue imputado en forma genérica de pertenecer a una asociación ilícita dedicada a cometer homicidios, amenazas, extorsiones y tráfico de drogas. Y, en su caso, de brindar datos a la banda sobre operativos policiales.
El efectivo negó haber mantenido contacto con integrantes de la familia Cantero. "Cuando escuchó el contenido de la acusación respondió con seguridad que no tiene nada que ver", refirió su abogado, Carlos Heuer, quien ayer solicitó su excarcelación. Luego de responder algunas preguntas el policía pidió, como lo hizo el resto de sus colegas implicados, que le den a conocer las escuchas que le adjudican. Están contenidas en unos cuarenta discos a los que podría tener acceso en el transcurso de la semana.
Luego fue el turno del cabo primero Diego C., apodado "Gardel", sobre quien pesa la misma imputación. El efectivo se presentó el jueves en la División Judiciales al enterarse de la orden de detención en su contra. Ayer negó la acusación y precisó que vive con un pasar humilde en un Fonavi y que realiza adicionales para sumar ingresos. Dijo que trabajó cinco años en la alcaidía de Jefatura y que desde principios de año es empleado de la subcomisaría 11ª de Fighiera.
Según trascendió de fuentes del caso, el policía reconoció haber tenido una conversación con Monchi Machuca —hermano de crianza del asesinado jefe del clan Claudio "Pájaro" Cantero—, sobre quien pesa un pedido de captura como jefe u organizador de la banda.
Sobre esa conversación, C. contó que meses atrás lo abordó en la calle un conocido que le dijo que Monchi se quería entregar y le pidió que lo pusiera en contacto con uno de los policías del equipo que investiga a la banda.
Por handy. Reveló que esa persona le pasó un handy y lo puso al habla con Monchi, quien le reiteró su interés de contactar al policía en cuestión. Siempre presentándose como mero intermediario, el cabo sostuvo que puso al tanto del tema a un integrante de la División Judiciales, quien le respondió que al día siguiente se reuniría con Monchi. Pero, según relató, el encuentro se frustró porque en esos días fueron detenidas las hermanas y la madre de Machuca quien, ofendido, interrumpió el contacto.
"Negó rotundamente tener participación en la asociación ilícita", confió tras la medida el abogado de C., Gonzalo Basualdo. "Una de las cosas que le imputan es pasar información clasificada en relación a su cargo policial, pero mal puede conocer de operativos siendo un policía de bajo rango y en un destino fuera de Rosario", añadió el profesional a la espera de la audiencia en la que se conocerá el contenido de las escuchas.
"Gula Gula", eximido de prisión
El comisario inspector Gustavo “Gula Gula” Pereyra, imputado por asociación ilícita, cohecho y tráfico de influencias en la causa que investiga a las bandas criminales, recibió una eximición de prisión domiciliaria, por lo que seguirá conectado a la causa pero sin restricciones en su movilidad.
El oficial, de 51 años, fue detenido en junio pasado, acusado de proporcionar información a Los Monos. Al ser apresado estaba a cargo de la brigada operativa de Delitos Complejos. Al ser indagado rechazó los cargos, dijo no conocer a los imputados y no respondió preguntas.
Hasta ayer Pereyra estaba bajo un régimen de prisión morigerada. Eso implicaba que debía permanecer en su casa, donde tenía custodia policial permanente, que ahora será levantada.
En el juzgado de Vienna le concedieron el beneficio del artículo 346 (levantamiento de la prisión mientras sigue el trámite penal). El criterio es que toda la prueba para formular la imputación ya está asegurada y no es indispensable la prisión preventiva.
Versiones extraoficiales señalaron la semana pasada con inquietud que Pereyra habría recibido en su casa la visita de un oficial que está sospechado de haber realizado amenazas al juez Vienna y al ministro de Seguridad Raúl Lamberto hace tres meses. Fuentes judiciales señalaron que la custodia policial nunca reportó tales visitas al juzgado lo que en caso de haberse producido debió haber pasado.