Montevideo. — El presidente de Uruguay, José Mujica, volvió a sorprender a los uruguayos, al concurrir a un comercio de su barrio a comprar una tapa de inodoro y, de paso, saludar al plantel de un equipo de fútbol de la segunda división.
Montevideo. — El presidente de Uruguay, José Mujica, volvió a sorprender a los uruguayos, al concurrir a un comercio de su barrio a comprar una tapa de inodoro y, de paso, saludar al plantel de un equipo de fútbol de la segunda división.
El hecho ocurrió el martes pero tomó estado público ayer gracias a las redes sociales y la repercusión en medios nacionales. Mujica, con su infaltable perra Manuela, condujo su destartalado auto hasta un comercio de la zona rural de Montevideo, donde sigue viviendo en una chacra, y compró la tapa de inodoro.
Cuando se retiraba fue reconocido por el técnico de Huracán de Paso de la Arena, un club que está disputando instancias decisivas para ascender a primera división. El hombre le pidió si podía saludar al plantel que entrenaba en las inmediaciones. Con la tapa del inodoro debajo del brazo, Mujica fue hasta el predio, reunió a los muchachos y los alentó a obtener los puntos que les faltan para ascender a primera. Les contó algunas anécdotas y después se retiró en medio de una ovación de los jugadores.
En su audición radial semanal, Mujica dijo que su estilo de vida "no es una carga ni una pose, es una filosofía decantada en años de privaciones", en alusión a los 14 años que estuvo preso por pertenecer a los Tupamaros. "No elegimos ser pobres, elegimos ser felices a nuestro modo", dijo Mujica. El presidente uruguayo dice que el cargo no tiene por qué cambiar a las personas. "Para mí es un laburo. Me baño y me voy a trabajar", dijo alguna vez.
Por Alicia Salinas