Bruselas. — Autoridades de la zona euro pidieron a los países miembros de la unión monetaria que preparen planes de contingencia en la eventualidad de que Grecia decida abandonar el bloque, un escenario que el banco central de Alemania dijo que sería "manejable". Tres funcionarios dijeron que la instrucción fue acordada el lunes en una teleconferencia del Grupo de Trabajo del Eurogrupo (GTE), expertos que trabajan para los ministros de Finanzas del bloque. "El GTE acordó que cada país de la zona euro debe preparar un plan de contingencia, individualmente, para las consecuencias potenciales de una salida de Grecia del euro", dijo un funcionario del bloque cercano a la discusión en la teleconferencia. La noticia se conoció horas antes de que los líderes europeos se reunieran para tratar de reactivar sus debilitadas economías en Bruselas.
Al respecto, la canciller alemana, Angela Merkel, reiteró que era su deseo que Grecia permaneciera en la zona euro, pero insistió que debe honrar los compromisos que ha hecho a cambio de la ayuda financiera recibida. "Queremos que Grecia se quede en el euro, pero insistimos en que se apegue a los compromisos acordados", dijo Merkel después de la cumbre.
Desacuerdos. Aunque los líderes se enfocaron en la perspectiva de que Grecia abandone la zona monetaria, la denominada "Grexit" que las autoridades dicen querer evitar, han quedado al descubierto los desacuerdos respecto a un plan de emitir bonos comunes y otras medidas para aliviar dos años de crisis de deuda. En su reporte mensual, el Bundesbank alemán dijo que la situación en Grecia era "extremadamente preocupante" y que ponía en peligro futuras ayudas financieras al amenazar con no implementar las reformas acordadas en sus dos rescates.
Por primera vez en más de dos años de reuniones para combatir la deuda, los líderes de Francia y Alemania no se reunieron de antemano para acordar posiciones, marcando un importante cambio en el eje franco-alemán que tradicionalmente había dirigido la generación de políticas europeas. En cambio, el nuevo mandatario francés, François Hollande, se reunió en París con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para discutir de crisis antes de viajar a Bruselas.
En la línea de fuego. Pese a los temores a que los griegos puedan abrir la puerta de salida si votan por partidos opositores al rescate en los comicios de junio, España —cuya economía está en recesión y el sistema bancario necesita reestructurarse— está en la línea de fuego de la crisis, con un miedo cada vez mayor a necesitar también un rescate. Tras reunirse con Hollande, Rajoy dijo que no tenía intenciones de buscar ayuda externa para los bancos españoles.
La cumbre de Bruselas tuvo por objeto promover ideas sobre el empleo y el crecimiento de cara a otra reunión prevista para fines de junio. Pero no hubo decisiones de envergadura, pese a lo intenso del debate, no sólo sobre los eurobonos, sino que también sobre cómo rescatar a la banca europea y si dar más tiempo a los países en problemas para que cumplan sus metas de déficit presupuestario.