El ultraderechista Frente Nacional (FN) fue derrotado en la segunda vuelta de las elecciones regionales y no conquistó ninguna de las 13 regiones en disputa. Ayer se votaba en la segunda vuelta, luego de que el domingo anterior el FN quedara como primer partido de Francia en cantidad y porcentaje de votos. Pero a pesar de haber dominado la primera ronda, el activismo del socialismo y la centroderecha le cerró el paso a ganar en alguna de las 13 regiones de Francia. Sin embargo, tanto el oficialista Partido Socialista como el centroderechista ex presidente Nicolas Sarkozy, cuyo partido Los Republicanos se alzó con la mayor cantidad de regiones, llamaron a la prudencia y evitar el triunfalismo. Sarkozy vuelve con este primer puesto al centro de la escena y queda posicionado para disputar la presidencia en 2017. Pero también quedó en pie y con fuertes expectativas Marine Le Pen, la conductora del FN.
Tras su gran victoria en la primera vuelta de las elecciones regionales, el domingo pasado, el Frente Nacional (FN) esperaba ganar al menos dos regiones, en las que iban como candidatas Marine Le Pen, jefa indiscutida del FN, y su sobrina, Marion. En la primera vuelta del domingo anterior, el FN fue el partido más votado a nivel nacional y en seis de las trece regiones de Francia quedó primero. Fue un hito histórico. Pero ese hito despertó a las bases socialistas y de la centroderecha, que en esta semana salieron a hacer campaña como nunca antes. A partir del voto de la primera vuelta, el FN estaba en buena posición para conquistar una, dos e incluso hasta tres regiones.
Marine Le Pen y su sobrina, Marion Marechal Le Pen, venían perfiladas como ganadoras en las regiones de Norte-Paso de Calais-Picardía y Provenza-Alpes-Costa Azul, respectivamente. Marine Le Pen fue derrotada en su región por su rival centrista, Xavier Bertrand, por 55 por ciento contra 45 por ciento de votos. Marion Marechal Le Pen fue derrotada por otro candidato centrista, Christian Estrosi, por 56 por ciento contra 44 por ciento. En ambos casos, el socialismo retiró a sus candidatos para favorecer el voto contra el FN. Los Republicanos de Sarkozy y aliados se impusieron además en las regiones País del Loira, Normandía, Alsacia, Isla de Francia (región de París) y Auvernia. Siete, en total. El socialismo y aliados se impusieron por su lado en Bretaña, Aquitania, Centro-Valle del Loira, Borgoña y Languedoc. Córcega fue para el autonomismo, aliado con el socialismo. El centrismo quedó así como primera fuerza nacional, y el socialismo y aliados como el segundo. Finalmente, el gran triunfo de la primera vuelta se ha transformado en una derrota para el FN, pero sigue siendo una fuerza de primer orden.
El primer ministro Manuel Valls evitó cualquier triunfalismo. "Saludo a los votantes que han respondido al claro llamamiento de la izquierda (por el PS) para levantar una barrera contra la extrema derecha, que no ha conseguido ninguna región", señaló Valls por televisión. Sin embargo, agregó que "esta noche no hay ningún mensaje de victoria. El peligro de la extrema derecha no ha sido desechado. No me olvido de los resultados de la primera vuelta". El líder de la oposición centrista, Nicolas Sarkozy, aseguró ante sus militantes que "la movilización que ha habido hoy no debe hacer olvidar la advertencia a todos los responsables políticos en la primera vuelta", en directa referencia al gobierno socialista.
La reacción de Le Pen. Marine Le Pen aseguró que su avance electoral "ha servido para sacar a la luz la mentira en la que reposa el sistema político francés". Sin reconocer explícitamente la derrota de sus candidatos, incluida ella misma, Le Pen se dirigió a sus militantes con un mensaje triunfalista porque su formación, dijo, triplicó el número de consejeros regionales respecto a 2010. Hasta ayer, el PS controlaba todas las regiones de Francia menos una. Se trata de un retroceso importante; pero, finalmente, el PS consigue evitar una humillación histórica, como hubiera significado un triunfo del FN. Hasta ayer, Los Repúblicanos (LR) de Nicolas Sarkozy, solo gobernaban en una región de Francia. Ahora lo harán en siete, incluidas algunas muy importantes, como la de París. El de ayer es un triunfo importante, por dos razones: la centrodererecha tradicional retoma el liderazgo político nacional y consolida al partido de Sarkozy como primer partido de Francia. Y sin dudas que Sarkozy queda en línea de largada para las presidenciales de 2017.
Pero la performance de Le Pen y el FN dejará huella. Después de haber obtenido en la primera vuelta del domingo pasado 6 millones de votos (casi 28 por ciento), que lo consagraron como primera fuerza política de Francia, el FN sería el "verdadero ganador". El FN quedó con una imagen reforzada de "víctima del sistema". Ya en la primera vuelta de las elecciones departamentales de marzo, llegó en primera posición en 43 de los 98 distritos, pero luego del ballottage no pudo ganar ninguno. Ahora en las regionales, ocupó el primer lugar en seis de las 13 regiones y se quedó nuevamente con las manos vacías. Con estos resultados, no será difícil proclamar que la legislación electoral está diseñada para dejar fuera al FN. Marine Le Pen pronostica una "venganza" de los franceses en la presidencial de 2017. La combinación explosiva de una economía estancada y el ingreso masivo de inmigrantes de Medio Oriente y Africa crean un escenario casi ideal para la ideología del FN. Este creció en los tres años y medio de Hollande. Después de haber obtenido 17,9 por ciento en la primera vuelta de la presidencial de 2012, el domingo pasado logró 6 millones de votos y 10 por ciento más. Bajo el mando de Marine Le Pen, el FN creó una verdadera estructura de poder que será su plataforma de lanzamiento para las presidenciales de 2017.