General Motors decidió adelantar la suspensión de actividades prevista para el
lunes próximo en la planta de Alvear, en el marco de un conflicto laboral por el despido de un
trabajador. De este modo, la automotriz estará paralizada hasta el lunes 3 de noviembre, mientras
crece la preocupación en el sindicato de mecánicos (Smata) por el futuro de más de 200
trabajadores.
La suspensión de la actividad de la planta de Alvear había sido anticipada por
la automotriz, como medida para ajustar stocks frente a la caída de ventas en el mercado brasileño,
hacia donde direcciona la mayor parte de la producción, como consecuencia de la crisis financiera
internacional. A poco de informarse esa decisión, Smata alertó sobre la posibilidad de que la
empresa decidiera cesar los contratos de más de 200 trabajadores.
Mientras se negociaban alternativas a esa situación, el lunes pasado se produjo
el despido de un empleado del área de montaje, que derivó en un paro de los empleados de la
automotriz. Ayer, los operarios del primer turno que fueron a trabajar se encontraron con las
puertas cerradas.
Smata Rosario denunció ayer a la empresa ante el Ministerio de Trabajo por
"incumplimiento" del convenio colectivo y de la conciliación obligatoria que el miércoles dictó la
dependencia oficial en el conflicto.
Según explicaron desde el gremio, de manera informal —en forma oral o vía
telefónica— la compañía había informado del cierre de ayer a los trabajadores del turno tarde
el miércoles, pero no así a los de la mañana que se vieron sorprendidos al llegar al predio y
encontrar las puertas cerradas.
General Motors tomó la decisión de adelantar el cierre de la planta que tenía
previsto realizar a partir de la semana próxima pocas horas después de que el Ministerio de Trabajo
de la provincia dictara la conciliación obligatoria en el conflicto que desde el martes pasado
mantenía paralizada la planta a raíz del despido de un trabajador.
"Estamos haciendo la denuncia en el Ministerio de Trabajo y van a ir inspectores
a constatar que la planta está cerrada, luego seguiremos con los trámites legales
correspondientes", señaló a LaCapital el secretario gremial de Smata, Gabriel Bienucci, quien
precisó que el gremio reclamará el pago del jueves como día caído. "Ellos tienen la obligación de
notificar formalmente con 24 horas de anticipación el cierre programado de la planta, esto está
contemplado en el convenio que firmaron", agregó el sindicalista.
Disputa. Para Bienucci, aunque General Motors adujo cuestiones técnicas para el
cierre de la planta, esta medida tiene otras características. "En realidad esto es por el conflicto
gremial, no se «bancaron» que la gente apoye la medida de fuerza por tiempo indeterminado", dijo y
recordó que "los trabajadores y el gremio acatamos la conciliación obligatoria y ellos no".
El dirigente fue más allá y cuestionó el accionar de algunos directores de la
automotriz. "Están tomando medidas arrebatadas y muchos directivos no están haciendo las cosas
bien, en lugar de ir de frente e informar claramente el estado de situación, adoptan este tipo de
decisiones", agregó.
Carne: piden ver a Tomada
Ante la difícil situación que atraviesa el sector cárnico, la Federación Gremial del Personal
de la Industria de la Carne solicitó una reunión urgente con el ministro de Trabajo de la Nación,
Carlos Tomada.
Si bien el titular del gremio, José Alberto Fantini, precisó que aún no hay despidos advirtió
que las empresas están imponiendo suspensiones, garantías horarias, licencias adelantadas por
vacaciones, dentro de una batería de medidas para paliar el actual contexto internacional.
"La imposibilidad de exportar acorde a la capacidad y las suspensiones de las compras de
cuero por parte de Estados Unidos, que es el mayor comprador de cueros argentinos, son un cóctel
explosivo que anticipan una crisis. Estamos trabajando y armando estrategias para que los
trabajadores no sean la variable de ajuste", indicó Fantini, quien recordó que la exportación de
cueros representa más del 70 por ciento de las facturaciones.
Fantini agregó que es fundamental que el gobierno asuma un rol activo y junto con los
empresarios adecuen nuevas reglas para mantener la mano de obra y no entrar en un proceso de crisis
más profundo del que luego cueste salir. "Nosotros estamos poniendo el hombro pero no vamos a ser
la variable de ajuste ni toleraremos despidos", dijo.
Como muestra de la situación que atraviesa el sector, en la localidad santafesina de Nelson,
Finexcor tiene con garantía horaria a 489 empleados y 100 más están cumpliendo con vacaciones
atrasadas, confirmó José Viñuela, del Sindicato de la Carne.