“¿Que hiciste?”, le preguntó Horacio Cano al policía que le disparó a su hijo Nicolás la noche del sábado por en una casa de Empalme Graneros. Apenas pasada la 1.30 las familias del barrio combatían el calor tomando cervezas en la puerta viendo pasar el mundo. Horacio, de 56 años, comenzó a discutir en su casa de Campbell al 600 bis con hijo Nicolás, de 26. La discusión subió de tono, el hijo quería llevarse la bicicleta familiar y su padre se oponía. Vecinos y familiares quisieron tranquilizarlos y la madre de Nicolás llamó al 911. Al llegar el móvil de la Policía de Acción Comunitaria bajó José Alberto Alegre y cuando avanzó hacia el centro de la discusión familiar se le disparó un tiro de su ametralladora FMK3. El proyectil impactó de lleno en el hueso frontal del cráneo de Nicolás, que agonizó en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) hasta la tarde de ayer, cuando murió pasadas las 19.30.
Cuando se escuchó el tiro los vecinos y familiares se abalanzaron sobre el móvil conducido por el suboficial Fabián García y los dos agentes huyeron del lugar. El suboficial Alegre quedó detenido en el Order hasta que sea imputado en audiencia.
La víctima fue trasladada al Heca para ser asistida y el primer diagnóstico indicaba pérdida de masa encefálica. El relato policial destacó que, luego del incidente, los agentes de Acción Comunitaria pidieron apoyo y un segundo móvil acudió al lugar, pero cuando iba en camino se cruzó en Provincias Unidas y Gorriti a una mujer que conducía un Peugeot 106 y les pidió ayuda. Cuando el segundo móvil llegó el primero ya no estaba. Los agentes se encontraron con Horacio sosteniendo el cuerpo de su hijo que tenía el rostro empapado de sangre. Entonces la mujer que se había topado con el móvil cargó en su Peugeot a Nicolás y lo llevó al Heca.
Una vez que el fiscal Adrián Spelta tomó la investigación, la Agencia de Control Policial (ACP) intervino de inmediato y secuestró un celular propiedad de Alegre y una cámara Gopro. El fiscal ordenó la detención del policía. Respecto del suboficial García, la fiscalía consideró no tomar medidas procesales; se le recibió una declaración para orientar la investigación e intentar aclarar los hechos.
La ACP secuestró una ametralladora FMK 3 número 49962 y las dos pistolas reglamentarias calibre 9 milímetros del personal policial involucrado, así como sus celulares.
“¿Qué hiciste?”
La tarde de ayer la familia de Nicolás esperaba ansiosamente el parte médico. “Está jodido”, dijo Horacio dos horas antes de la muerte de su hijo. El hombre recordó esos segundos fatales. “Estábamos discutiendo y en eso llega una chata policial, se baja un milico y sin decir nada dispara contra Nico. Le dije «¿qué hiciste?». Su compañero le dijo lo mismo. El milico se tapó la cara pero nos seguía apuntando con la metralleta hasta que se subieron a la camioneta y se fueron a los piques”.
En ese momento vecinos y familiares de Nicolás comenzaron a insultar a los policías y los corrieron con palos mientras les arrojaban ladrillos. “Estábamos indignados, ¿Por qué disparó?”, se preguntó un familiar de Nicolás testigo de la tragedia. Extraoficialmente fuentes policiales sostuvieron que “fue falta de experiencia, cuando este agente se bajó del móvil empuñando la metralleta se le escapó un tiro”.
Según familiares de la víctima el suboficial Alegre cubrió su retirada apuntando a la familia con la misma ametralladora, mientras los vecinos lo insultaban. Así fue que su compañero pidió refuerzos. “En un ratito estaba lleno de móviles y después llegó la ambulancia, porque la mamá de Nico se descompensó. Queremos justicia, que el policía vaya preso. No puede ser que bajó y tiró. Una llama a la policía para que tranquilice las cosas y resulta que te matan”, sostuvo una tía de Nicolás.
Ayer a la tarde la familia Cano estaba destrozada, sin entender por qué de la FMK 3 salió un disparo que dio de lleno en la cabeza de Nicolás, un albañil soltero de 26 años que trabajaba levantando paredes junto a su padre.