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hora como técnico evidencia la misma claridad futbolística que cuando jugaba. De aquel volante notable que leía la jugada y con su pierna derecha metía un cambio de frente de 40 metros para ponerle la pelota justa al Negro Almirón o al Galgo Dezzoti a este entrenador que de la noche a la mañana supo imprimirle un sello táctico revitalizador al equipo del Parque no hay mucha diferencia en lo conceptual. Claro que ahora el rol y la función es diferente. Pero la esencia es la misma. Volvió para tomar un fierro caliente, se bajó del pedestal que se había ganado como enorme jugador y en el primer semestre de su gestión cumplió con creces el objetivo leproso y cosechó 32 puntos. El Tata hizo un balance de su estadía al frente del equipo y habló absolutamente de todo en la charla mano a mano que mantuvo con Ovación. "Me di un gusto que la verdad que en algún momento pensé que me iba a dar. No creía que iba a ser ahora. Se dio así y estoy muy contento de ser el técnico de Newell's. Me da placer que sea en un momento necesario", confió el Tata dejando en claro que dirigir en el Parque tiene un plus de pasión y emotividad inigualable.
Distendido y frontal, Martino no se guardó nada. Profundizó sobre lo "mal que está en general el fútbol argentino", lamentó que "desde afuera vean a Rosario como una sociedad de alienígenas donde cueste o no se pueda llevar a cabo una cosa normal como es un clásico" y no omitió su opinión sobre la prensa: "Las malas noticias venden más".
Por Gonzalo Santamaría