Diego Panadero Ochoa, el líder de la barra brava de Newell's Old Boys, planteó que la situación que lo llevó a tener que declarar por el crimen de Maximiliano Quemadito Rodríguez fue producto de "un malentendido". Lo hizo ayer a la mañana cuando estuvo en los Tribunales, donde el juez de Instrucción Javier Beltramone lo había citado a declarar en el marco de la causa que investiga el homicidio ocurrido la tarde del 5 de febrero pasado en la esquina de Corrientes y avenida Pellegrini.
El viernes de la semana pasada el juez Beltramone dictó el procesamiento de Héctor David El porteño Rodríguez y Sergio Federico Chuno Acosta como coautores del crimen de Quemadito y en el fallo se destacan tres móviles: los negocios del narcotráfico, el lavado de dinero y las disputas internas nunca resueltas al interior de la barra brava de Newell's Old Boys.
En ese sentido, el magistrado explica que El porteño es una persona de "extrema confianza" de Diego Ochoa y que Acosta es socio de la entidad rojinegra. Además, el juez pudo establecer que Panadero "está detrás de la defensa de Rodríguez".
Un mensaje. Para sustentar su hipótesis, el juez hace referencia a un mensaje de texto interceptado el 8 de febrero pasado (tres días después del crimen de Quemadito) en el que Ochoa dice: "Hablé con (uno de los defensores) por lo de David (El porteño Rodríguez). El miércoles va a hacer una presentación espontánea". Y Beltramone dice: "Es curioso que tres días después del hecho Ochoa se preocupa por la defensa de el imputado Rodríguez, mucho tiempo antes de que se ordenara su detención. Mucho antes, pues eso ocurrió un mes después".
Sin embargo, ayer a la mañana Ochoa señaló en el tribunal y asistido por sus abogados, Juan Ubiedo y Hernán Tasada, que todo se trató de un equívoco. "Llamé a un amigo en común que tengo con David P. y no David Rodríguez. El quería viajar a Venezuela para ver el partido que Newell's jugó con Deportivo Lara por la Copa Libertadores, pero como le habían allanado la casa quería saber si podía hacerlo. Entonces le comenté que el abogado iba a averiguarlo en la Dirección de Migraciones y en los Tribunales". Ese fue el testimonio de Panadero, según reportó Ubiedo en los pasillos de los Tribunales.
El allanamiento en cuestión se concretó el 2 de febrero de 2013 por disposición del juzgado de Instrucción Nº6, a cargo de Raquel Cosgaya, aunque no trascendieron los motivos del mismo. Tras ello David P. pudo viajar a la ciudad venezolana de Barquisimeto para alentar al equipo leproso.
A su vez, Ochoa aportó el número telefónico de la persona que recibió el mensaje de texto. "En el aparato aparece el día y la hora en que fue enviado el mensaje pero no el número", explicó una fuente judicial. E indicó que El panadero dijo solamente conocer "de nombre" a Chuno y a El porteño, los dos procesados por el homicidio.
Tiro certero. El 5 de febrero pasado Maximiliano Rodríguez y su novia, Sofía L., caminaban por Pellegrini y Corrientes. El muchacho, de 26 años, se ayudaba con muletas porque una semana antes lo habían baleado. Entonces, pasadas las 18.30, un certero balazo calibre 9 milímetros disparado a distancia le perforó el cráneo matándolo en el acto.
Hasta ese momento Rodríguez era conocido públicamente por dos hechos tan violentos como sobresalientes: el primero sucedió la noche del 4 de septiembre de 2010 en el Coloso del Parque cuando Panadero Ochoa fue bajado a las trompadas del paravalanchas por personas que hasta ese día eran de su confianza y que querían copar la conducción de la hinchada. Entre los agresores estuvieron Quemadito; su padre, Sergio Quemado Rodríguez; y Matías Pera. El otro episodio ocurrió la madrugada del 1º de enero de 2012 cuando lo atacaron a balazos en inmediaciones de Garay y Vera Mujica, mientras estaba a bordo de un auto y en compañía de su novia Sofía L. Como venganza por ese ataque su padre junto a cuatro cómplices llevó adelante el triple crimen de Villa Moreno.