Las dos tragedias protagonizadas por niños en piletas de clubes de Rosario la semana pasada elevaron el alerta en el municipio, desde donde se dispuso una intensificación de las acciones de prevención en las nueve piletas públicas. Allí se desarrollan las colonias barriales a las que concurren unos 15 mil niños y adultos mayores, más otras instalaciones como las del Parque Alem por las que pasan unas 2.500 personas por día durante los fines de semana.
A la revisión periódica de las piletas por parte de equipos de la Secretaría de Control, que se ocupan de lo técnico, eléctrico y bromatológico respecto de la calidad del agua; y las tareas permanentes que realizan profesores, personal de apoyo y guardavidas, protocolos de primeros auxilios, salvatajes, guardias médicas, más los controles médicos y el entrenamiento en RCP; se sumó la planificación e implementación de algunas medidas complementarias.
Obviamente, cuando ocurren dos episodios tan seguidos las miradas se agudizan y se encienden las alarmas. Respecto de los controles, todas las instalaciones pasaron por el mantenimiento y las inspecciones entre octubre y noviembre, antes de su inauguración al inicio de la temporada. Esos chequeos se repiten y se vuelven a certificar durante el funcionamiento en el verano.
“Debido al volumen de gente, es algo de importancia en sí mismo y nos lo tomamos con esa seriedad. Por supuesto hay una mirada de los profesionales intervinientes sensible al tema en estos momentos, pero se trabaja muy fuerte todos los años en los protocolos correspondientes”, comunicaron desde el municipio.
Uno de los lugares en los que se pensó un refuerzo es en el complejo de piletas del Parque Alem, que ya cuenta con una batería de resguardos. “De lo que veníamos planificando, porque ya tenemos algo de señalética, vamos a hacer un refuerzo considerando lo que pasó, para difundir el tema en sí”, subrayó Patricio Alday, gerente de Costanera Rosario, la sociedad del Estado que gestiona ese espacio, la Rambla Catalunya y el balneario La Florida.
En ese sentido, destacó que el lugar cuenta con la cantidad de guardavidas prevista según la normativa vigente, dos por la pileta de 50 metros y uno para cada una de las de 25, más aspirantes. Por un convenio con Defensa Civil, todos los años hacen distintos tipos de capacitaciones, como RCP y primeros auxilios. En tanto, Alday hizo énfasis en la presencia de Leo Manino como jefe de guardavídas de Costanera Rosario, referente a nivel latinoamericano en prevención de ahogamiento. “Con él venimos proyectando algunas acciones en esta línea para reforzar la prevención”, detalló.
Además, hay carteles generales en las entradas, a cada lado de las escaleras de ingreso, que exhiben el reglamento que estipula con qué elementos está prohibido ingresar, así como qué está permitido y qué está prohibido hacer. En las piletas más pequeñas, hay un corralito divisor para el sector de 30 centímetros de profundidad, al que los niños solo acceden con un mayor. Esto también cuenta con su cartelería.
Por último, cuenta con un puesto médico para emergencias todo el día de 9 a 20 equipado con desfibrilador (algo no común, según las autoridades), con un médico de refuerzo en hora pico los fines de semana.
Las dos tragedias
Los dos hechos fatales sucedieron en tan solo 72 horas. El chico que jugaba en la pileta del Jockey fue encontrado sumergido el martes por la tarde. Logró ser estabilizado a nivel cardiorrespiratorio y trasladado al Sanatorio de Niños. Sin embargo, por la cantidad de tiempo que pasó sumergido (se estima que fueron ocho minutos o más) ya tenía consecuencias a nivel cerebral. Murió después de estar un día en terapia intensiva. La hipótesis que se baraja es que sus pies quedaron atorados en un filtro de agua. El caso es investigado por la fiscal de Homicidios Culposos Mariela Oliva del Ministerio Público de la Acusación.
El caso del club Saladillo fue el viernes por la tarde. No hay precisión sobre la cantidad de minutos que estuvo bajo el agua el niño de 12 años. El guardavidas que estaba en el lugar le practicó RCP pero no pudo salvarlo. Algunas versiones indican que el niño era epiléptico y habría sufrido convulsiones, pero no se sabe si antes de caer o dentro de la pileta. Se trata de dos muertes que sacudieron a la ciudad. Dos hechos que investiga la Justicia pero que quizás pudieron evitarse.
En este marco, se conoció que la pileta del Jockey había pasado una inspección el 21 de diciembre. Los agentes municipales habían verificado, entre otras cosas, el funcionamiento de los sistemas de llenado y renovación de agua y la presencia de guardavidas, tal como lo establece la reglamentación vigente, y no habían encontrado problemas para habilitar el funcionamiento de la piscina, por lo que extendieron el permiso.
Todos los clubes tienen que tramitar esta autorización para la apertura de sus piletas en forma anual, tanto si el natatorio se use para fines recreativos o si en las instalaciones se alojan colonias de vacaciones para niños. Según fuentes del municipio, las autoridades del Jockey Club habían cumplimentado todos estos trámites para la habilitación de la pileta “La Dulce”, una de las atracciones del exclusivo club de Eva Perón y Wilde. El pasado 21 de diciembre, agentes municipales recorrieron las instalaciones y corroboraron que el natatorio cumpliera con los requisitos de la ordenanza.
Ambas piscinas fueron clausuradas preventivamente por orden de la Fiscalía. El cierre fue concretado por la Secretaría de Control de la Municipalidad.