Agradezco que me hayan permitido ejercer un derecho a réplica sobre la carta enviada por el señor E. Biondo, quién considera que se me va la mano mandando cartas tan depresivas. Como ocurre en tantísimas oportunidades no estamos tratando el tema de fondo sino que estamos juzgando al mensajero. Los problemas citados en mi anterior carta (El gran escape, publicada el martes 17 de abril) existen lamentablemente. Lo sé yo, lo sabe el señor Biondo, lo sabe la gente del pueblo, lo saben quienes se ocupan de investigar, quienes tienen la misión de informar. Yo escribo estas realidades con el único afán de abrirnos los ojos, no lo hago para que el lector se deprima. Es una variante de crítica constructiva. Al final de mi nota digo que debe haber un cambio inmediato, profundo, iniciado desde arriba para que "el gran escape" sea solamente un recuerdo. Creo que esta forma de expresarme tampoco tuvo como objeto deprimir a nadie. Concuerdo con el señor Biondo en que este país es magnífico. Podría haber sido un ejemplo en el mundo teniendo tantas cosas a su favor. Felicito al señor por su memoria prodigiosa recordando tantas celebridades, deportistas, artistas, científicos que se fueron, como también los que vinieron a quedarse entre nosotros. No comulgo con Lilita como tampoco lo hago con personas que sólo se escuchan a sí mismas. Tampoco me hace feliz el que en todos lados le den a la droga a lo loco. Le agradeceré que me siga leyendo aún a su pesar.