El gobierno español cerró ayer de manera contundente las puertas a negociar un referéndum de autodeterminación en Cataluña con el Ejecutivo regional, dos días después de que 2,3 millones de catalanes participaran en una votación simbólica sobre la independencia. Comprometido desde 2012 a celebrar este escrutinio, el presidente regional Artur Mas ofreció a Madrid entablar un "diálogo permanente" sobre esta cuestión, opción descartada de inmediato por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, que lo calificó de imposible. "El derecho de autodeterminación que usted pide no es posible ni en esta Constitución ni en ninguna otra de las democracias de nuestro entorno", dijo su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, en una respuesta en el Senado al portavoz de la coalición nacionalista CiU de Mas, Josep Lluís Cleries. "Si lo que quieren ustedes es la independencia de Cataluña, difícilmente vamos a llegar a un acuerdo, porque ya le digo yo ni este partido ni este gobierno va a prestar sus votos para una acuerdo de secesión", añadió.
Impugnaciones. Desde el inicio de este conflicto político a finales de 2012, el gobierno de Rajoy se ha opuesto firmemente a permitir un escrutinio de estas características, alegando que la soberanía para decidir sobre la unidad de España recae en el conjunto de los españoles. Por ello impugnaron en dos ocasiones la votación sobre la independencia convocada por Artur Mas que, finalmente, optó por celebrarla incluso a costa de desobedecer al Tribunal Constitucional, una acción que está siendo investigada por la fiscalía española.
Rajoy romperá hoy su silencio con una comparecencia en el Palacio de La Moncloa en la que no sólo hará su valoración de lo acontecido el domingo en Cataluña, sino que además dará respuesta al desafío redoblado del independentismo.
A pesar de su carácter simbólico, 2,3 millones de personas participaron en ella, un 80 por ciento de ellas a favor de la independencia de esta región nororiental que representa una quinta parte de la riqueza española. Contrarios a esta iniciativa, los partidarios del "no" prefirieron no participar. Fortalecido por estas cifras, que aun así solo representan un 35 por ciento del censo de esta región de 7,5 millones de habitantes, el líder regional había anuncióado en Barcelona el envío de una carta a Rajoy invitándole "a establecer las condiciones de un diálogo permanente".
Objetivo irrenunciable. Su objetivo sigue siendo el mismo: celebrar un referéndum de autodeterminación vinculante en Cataluña y "acordado si se puede" con el gobierno español, tal como ocurrió en Escocia (Reino Unido) el 18 de septiembre último o en Quebec (Canadá) en el año 1995. "Lo que tenemos entre manos sólo se puede resolver desde la alta política y el sentido de Estado", subrayó Artur Mas, apelando a Rajoy a no "ignorar la realidad catalana en defensa del derecho a decidir" su futuro político que "es muy tozuda, muy constante y muy permanente". "Nosotros no vamos a renunciar a este objetivo", advirtió el presidente de esta región española donde el independentismo ha crecido en los últimos años a la sombra de la crisis económica y el creciente conflicto político con el gobierno conservador de Madrid.
Aunque reconoció que confía "muy poco" en que Rajoy atienda su reclamo, Mas destacó que tiene la obligación como líder de la Generalitat de hacer el pedido formal.
Además, Mas iniciará en los próximos días una ronda de conversaciones con el conjunto de partidos políticos catalanes partidarios de este escrutinio con tal de determinar la estrategia a seguir después del 9-N, como llamaron los catalanes a esa jornada de votación histórica para el nacionalismo. "No frenaremos este proceso a la espera de la respuesta del gobierno español", dijo. Especialmente relevante parece el acuerdo que pueda obtener con la izquierda independentista de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), sus principales aliados en este proceso hasta hace pocas semanas. Segunda fuerza parlamentaria en la región, ERC reclama la convocatoria inmediata de unas elecciones regionales para las que se ven favoritos y, en caso de obtener una mayoría independentista, declararla unilateralmente.
Lista única. Pero para Mas, unos comicios regionales solo serían válidos con una lista única de los partidos independentistas que permita calibrar nítidamente el apoyo a la secesión. Aun así, es una opción plausible si Madrid no cede. "Esta posibilidad la tenemos en la mano y estamos dispuestos a utilizarla", advirtió. Para el analista José Antonio Zarzalejos, ex director del diario conservador ABC, "no va a haber ningún movimiento de Madrid" cuando falta un año para las elecciones legislativas generales. Por ello, prevé un escenario de elecciones anticipadas en Cataluña como muy tarde en febrero, ya que en mayo hay elecciones municipales y se requiere un mínimo de 55 días entre dos escrutinios.