Mientras múltiples crisis azotan a la sociedad, el PRO busca canalizar el malestar de los sectores medios con distintas medidas de los gobiernos a través de la consigna “comunismo o libertad”. Un lema con el que machacó el Partido Popular español —una fuerza política que tiene lazos históricos con el macrismo— en las elecciones que ganó ampliamente Isabel Díaz Ayuso para el gobierno de la comunidad de Madrid.
En la última semana, varios dirigentes del PRO hicieron posteos en las redes sociales con un vocabulario que remite a la Guerra Fría. Por ejemplo, el diputado provincial Gabriel Chumpitaz sostuvo que el cierre de exportaciones de carne por treinta días es “una clara política de dominación comunista” y el concejal rosarino Carlos Cardozo planteó que la idea de estatizar el sistema de transporte público en la ciudad es “antigua y soviética”.
¿Están radicalizándose hacia la izquierda los gobiernos nacional, provincial y municipal? ¿O del PRO es un mensaje que demanda cierto núcleo duro opositor?
https://twitter.com/gfchumpitaz/status/1394605870030499844
“Comunismo o libertad no sólo es una discusión ideológica o batalla cultural, es una elección pragmática ante los permanentes ataques a la república por parte del kirchnerismo —dijo Chumpitaz a La Capital—. Su proyecto de poder es perversamente ambicioso y no tiene límites. El objetivo del gobierno central es destruir la clase media profesional y trabajadora, de manera de tener de rehén a millones de personas a través de un sistema de asistencialismo y planes sociales. Lo mismo sucede con las vacunas contra el covid: se genera un control psicológico y físico a través del encierro eterno”.
El legislador provincial reconoce dos jefes políticos: el diputado nacional Federico Angelini —que se encontró esta semana en Capital Federal con Horacio Rodríguez Larreta— y la presidenta nacional del PRO, Patricia Bullrich. A comienzos de año la ex ministra de Seguridad, aseguró Chumpitaz, le pidió que se sume al armado de su candidatura presidencial para 2023 y se integre al equipo que ya integran la abogada Florencia Arietto (una de las más insistentes en redes sociales con la consigna) y los diputados nacionales Fernando Iglesias y Waldo Wolff.
Peligros
Wolff fue uno de los firmantes de la Carta de Madrid, un documento impulsado por el bolsonarismo y la extrema derecha española de Vox, que justamente por estas horas negocia con Díaz Ayuso para apoyar su investidura.
El texto sostiene que una parte de Iberoamérica “está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países. Todos ellos, bajo el paraguas de Cuba e iniciativas como el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, que se infiltran en los centros de poder para imponer su agenda ideológica”.
Y a continuación agrega: “La amenaza no se circunscribe exclusivamente a los países que sufren el yugo totalitario. El proyecto ideológico y criminal que está subyugando las libertades y derechos de las naciones tiene como objetivo introducirse en otros países y continentes con la finalidad de desestabilizar las democracias liberales y el Estado de Derecho”.
Otros de los firmantes del documento son José Luis Espert y Javier Milei, que intentan replicar en la Argentina el combo de conservadurismo social, fundamentalismo de mercado e incorrección política ensamblado por Vox.
En una entrevista con este diario, el historiador Pablo Stefanoni, uno de los principales especialistas en las derechas alternativas, dijo que el archipiélago a la derecha del PRO tiene dos problemas: las divisiones internas y el liderazgo de Patricia Bullrich, que a la vez que expresa una derechización de la fuerza fundada por el ex presidente también frena la construcción de una alternativa más a la derecha.
Las encuestas parecen darle la razón. La alta exposición mediática y su intensidad en las redes no parecen garantizar por ahora una alta cosecha electoral. De acuerdo al último informe de la consultora rosarina Innova, realizado en abril, sólo el 3 por ciento dijo que elegiría al Partido Libertario si este domingo fueran las elecciones a concejal y nada más que el 4 por ciento elegiría a esta fuerza a senador y diputado nacional.
https://twitter.com/JMilei/status/1389768351111651329
En la franja a la derecha del PRO no todos tienen la misma relación con Juntos por el Cambio: algunos, como Ricardo López Murphy, se muestran más proclives a un acuerdo; otros, como Milei y Espert, están más distantes con la coalición que gobernó hasta 2019.
Por las dudas, Chumpitaz, que se juntó esta semana con la diputada provincial y referente celeste Amalia Granata, no le cierra la puerta a nadie. “Estamos dispuestos a conversar con todos los sectores que defiendan la propiedad privada y el estado de derecho —indicó—. El crecimiento de los sectores liberales tiene un correlato con el hartazgo de los argentinos por los gobernantes y sistemas populistas que generan pobreza de manera constante”.
También el PRO rosarino tiene que resolver sus propias internas: esta semana, Roy López Molina —que busca tener la franquicia del larretismo en Santa Fe— y Carlos Cardozo —alineado con el grupo mayoritario— mantuvieron un cruce de alto voltaje en el concejo rosarino. Las fuertes declaraciones del vicepresidente del Palacio Vasallo (lo acusó de hacer política con “Twitter y videito” y lo mandó a resolver sus proyecciones en el diván) anticipan la tensión que atravesará al espacio durante todo el año electoral.