Voy a buscar a la asesina muerte y voy a entregarle mi cuerpo, así puedo luego vivir tranquilamente. Qué frase, qué oración. Comprendámoslo, no hay que tenerle miedo a la muerte sino más bien a la vida, encarando la misma siempre para adelante, como los rinocerontes sin temores al enfrentamiento, y no me cabe la menor duda que algo muy bueno saldrá del mismo. Suele pasar que uno produce estos enfrentamientos con la vida en la espera, como dije, de que algo pase, porque de alguna manera al provocarlos se puede producir algo positivo para nuestra vida. Claro que nada se puede hacer con el tiempo, pues al mismo hay que saber esperarlo y enfrentarlo para luego avanzar. Vivir la vida es vivir toda serie de acontecimientos que nos pasan a lo largo de la misma, lo importante es tratar de llegar a vivir tranquilamente. No se trata de un juego de palabras, sino simplemente de vivir la vida que nos toca en suerte; pues entonces, ¿qué esperamos? Enfrentémosla y vayamos siempre para adelante, como los rinocerontes.