Gracias a Dios que le estoy escribiendo esto desde mi escritorio y no desde el velatorio. Miércoles a las 19.50, barrio Matheu. Presencié cómo le robaban a mis viejos. Presencié cómo el revólver del malvado delincuente se hundía en la sien de mi querido viejo; cómo le apuntaban a mi querida vieja, cómo le pedían las llaves del auto, las de la casa. "Vamos para adentro", decían. Presenciaba todo esto desde adentro de mi casa, desde la ventana, pálido, nervioso, atónito, mirando algo que no quería ver, algo que pensé que nunca iba a suceder. Flasheando en que en cualquier momento escucharía un "pum" y todo se iba a terminar. No sabía qué hacer. ¿Salir? Me dispararían un tiro a mí y uno a mis viejos. ¿Quedarme ahí mientras los mataban? ¿qué podía hacer? Eran dos malvivientes con revólver, y con silenciador. Me alejé de la ventana para llamar rápidamente al 911. Cuando me volví a asomar, me vieron y al constatar movimiento dentro de la casa se fueron. Menos mal que se fueron y sólo le robaron celulares, billeteras y documentación, si no estaría describiendo otra situación, tal vez un asesinato más. Hoy volvieron a nacer. Gracias a Dios están bien. Bueno, bien es una manera de decir porque el shock no se los saca nadie. Se podrían haber robado el vehículo o haber entrado a mi casa. Pero, ¿qué me importa el vehículo? Vale mucho más la vida de mis padres, que ahora los tengo acá a mi lado. Estamos cansados de que pase esto en nuestra ciudad, en la cual usted asumió el compromiso como intendenta. Ahora le pregunto: ¿Qué hace usted para luchar contra este terrorismo? ¿hasta cuándo permitirá esto? ¿hasta cuándo, vecinos, vamos a permitir vivir en esta ciudad en la que reinan los robos, los asesinatos, los secuestros? ¿usted vive acá, en la misma ciudad que todos nosotros? Exigimos una respuesta inmediata. Exigimos una política de Estado que combata esto. Queremos caminar por las calles sin miedo. Queremos que esto se termine ya. Queremos vivir. Gracias señora intendenta, espero que no nos defraude.