En algunos barrios de Monrovia, la capital del país africano de Liberia, reinaba ayer el caos tras la huida de alrededor de 30 pacientes ingresados por ébola en un hospital de la ciudad.
En algunos barrios de Monrovia, la capital del país africano de Liberia, reinaba ayer el caos tras la huida de alrededor de 30 pacientes ingresados por ébola en un hospital de la ciudad.
Una multitud enfurecida atacó el sábado un centro médico en la barriada pobre de West Point y algunos habitantes se llevaron a sus casas a los pacientes, entre los que hay casos confirmados y sospechosos.
Estos pacientes ahora podrían infectar a otras personas en esta zona densamente poblada.
Algunos habitantes de la capital acusan al gobierno de no dar tratamiento adecuado a los pacientes. Una mujer relató al diario Front Page Africa que su marido no recibió ninguna atención médica pese a haberse dirigido a diversos lugares, hasta que al final murió.
En el barrio, ubicado cerca del centro de Monrovia, viven 75.000 personas. El jueves el Ministerio de Salud había anunciado que iba a poner en cuarentena todo el barrio.
El sábado una multitud enardecida asaltó y saqueó el hospital. La situación en la zona es caótica, según testigos oculares. "Mientras estoy hablando, la comisaría de policía está vacía. En (el barrio de) West Point no hay por el momento ninguna seguridad", cita el periódico al residente Moses Teah.
Por otra parte, algunos rumores dificultan la lucha contra la enfermedad: muchos liberianos creen que la enfermedad es sólo una invención del gobierno. Otros rumores, sobre todo en las zonas rurales, acusan a los equipos sanitarios del robo de órganos.
En tanto, los soldados en la frontera con Sierra Leona, que se encuentra cerrada, recibieron la orden de disparar contra cualquier persona que intente cruzar, publicó ayer el Daily Observer, que cita al vicejefe del Estado Mayor liberiano, Eric Dennis. El objetivo es impedir que entren más personas infectadas con ébola.
Liberia es uno de los países más afectado por la actual epidemia de ébola. En el país de Africa Occidental la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró hasta el 13 de agosto 786 casos confirmados y sospechosos y 413 muertos. El 6 de agosto el gobierno decretó un estado de excepción de tres meses.
En total hasta el miércoles pasado han muerto más de 1.100 personas en Liberia, Guinea, Sierra Leona y Nigeria.
La OMS se mostró contraria a las medidas que imponen controles y prohibiciones de viajar con el fin de detener el virus. El riesgo de infectarse con ébola durante un viaje es "bajo", señaló la organización en un comunicado.
Los países deben reforzar su capacidad de detectar y contener los casos nuevos y evitar "interferencias innecesarias con el comercio o los viajes internacionales", agrega el texto.
Revisar activamente a pasajeros que llegan por mar, tierra o aire a países no afectados por el ébola que no son fronterizos con países afectados no es necesario, afirma la OMS.
Numerosas aerolíneas, entre ellas British Airways y Air France, suspendieron vuelos durante las últimas semanas, mientras que la mayoría de los países de Africa occidental implementaron estrictos controles en las fronteras.
Autoridades portuarias en Costa de Marfil, un punto de tránsito clave en el oeste de Africa, prohibieron el paso de todas las embarcaciones que provengan de alguno de los cuatro países afectados: Liberia, Guinea, Sierra Leona y Nigeria.
También hoy, Naciones Unidas dio a conocer en Sierra Leona que el país necesita otros 18 millones de dólares para combatir el ébola. En julio, Sierra Leona había solicitado 26 millones de dólares. El virus se extendió ya a 12 de los 13 distritos del país.
Los niños juegan en las calles de Monrovia y los habitantes de la capital de Liberia acuden a sus trabajos. Pero muchos evitan el contacto estrecho con los demás por un motivo: tienen miedo al ébola.
La enfermedad infecciosa se cobró en pocas semanas cientos de vidas en ese país del oeste africano y muchos temen que con sólo dar la mano a alguien se puedan contagiar. Monrovia parece cubierta por un velo de miedo.
"La situación me da miedo", dice Fatu Ibrahim. "Ni bien uno se despierta a la mañana, recibe las primeras noticias de muertes". Por eso quiere dejar el país.
Para Thomas Quiah, del suburbio de Gardenersville, el ébola es como la guerra: "La situación es como en los años 90, cuando había guerra. Nadie sabe lo que le pasará al día siguiente".
Diariamente pueden verse cadáveres en las calles. Permanecen mucho tiempo allí porque nadie los quiere llevar a la morgue. Las unidades de ébola oficiales no tienen tiempo de recogerlos, ante la falta equipo y personal.
Aíslan a un español y a un belga
Un paciente fue aislado en un hospital del norte de España ante la posibilidad de que pudiera tener ébola. Se trata de un español que volvió de Sierra Leona, uno de los países afectados. Fue aislado en un hospital de la localidad de Basurto, en el País Vasco. En tanto, un hospital de la ciudad belga de Ostende aisló a un paciente de 13 años bajo sospecha de tener ébola. El joven fue ingresado tras haber llegado de Guinea, otro país africano afectado.