El vicepresidente Amado Boudou destacó las figuras de Juan Perón, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, en un encendido pero breve discurso en el acto que encabezó en San Miguel de Tucumán por el Día de la Independencia, donde su presencia fue cuestionada por su condición de procesado en la causa Ciccone.
Boudou, quien hizo uso de la palabra durante 11 minutos sin transmisión por Cadena Oficial, destacó el compromiso de la jefa del Estado de "seguir trabajando por una patria libre y soberana que rompe con el colonialismo económico", en alusión a la negociación por la deuda.
El número dos del gobierno debió encabezar el acto a causa de la faringolaringitis que afecta a la mandataria Cristina Fernández, aunque su presencia estuvo en duda por su situación judicial, al punto que se evaluó que lo hiciera el tercero en la línea sucesoria, el titular provisional del senado, el radical Gerardo Zamora.
"Tenemos una presidenta que toma las decisiones por y para el pueblo", subrayó Boudou desde el teatro Mercedes Sosa, frente a la plaza Independencia, junto al gabinete nacional, con excepción del titular de Economía, Axel Kicillof, y del canciller Héctor Timerman, abocados a la negociación con los fondos buitre en Nueva York.
Allí, en el 198º aniversario de la Declaración de la Independencia, el vicepresidente cuestionó a quienes "se llevaron puesto al país con el megacanje y con la estatización de la deuda privada". Advirtió entonces a "los poderes concentrados, que en estos tiempos son fundamentalmente financieros y mediáticos", que "este gobierno, que esta presidenta, va a seguir trabajando todos los días por una patria libre, justa y soberana; por una patria que rompe con el colonialismo económico diciéndoselo al mundo, negociando con fuerza pero con mucha voluntad".
"Esos poderes concentrados ya tuvieron muchos privilegios, ya se llevaron puesto al país más de una vez, con el corralito, con el megacanje, con la estatización de la deuda privada, con la privatización de los fondos de las jubilaciones", señaló Boudou.
En otro tramo de su discurso, calificó de "vergüenza" que aún exista un "enclave colonial en el Atlántico Sur", en alusión a las islas Malvinas en manos de Gran Bretaña. Ante el aplauso de los militantes oficialistas y la frialdad de los miembros del gabinete nacional presentes, Boudou planteó que "en otras épocas, los ministros de los gobiernos iban a Washington a sacarse fotos en la alfombra roja; hoy tenemos ministros que van a plantear las necesidades del país, y a decir «tenemos voluntad y capacidad de pago, pero no lo vamos a hacer a expensas del pueblo»".
Sentenció que "el colonialismo no tiene sólo forma política, sino formas económicas, que aún subsisten en el mundo moderno" y, tras destacar al gobierno de Perón, apuntó que "tuvieron que pasar décadas para que llegara Néstor Kirchner a trabajar por la independencia económica de la Argentina". "Hasta ese momento —siguió— se hablaba mucho de la deuda externa pero nadie se ocupaba, y casi lo llegó a concretar la presidenta, con el 93 por ciento de aceptación", en referencia a los canjes de bonos de 2005 y 2010.
"Cuando se prioriza el sistema financiero, como se hizo en el país hasta el 2003, uno de cada cuatro argentinos perdió su trabajo; las empresas cerraban porque el colonialismo económico venía a través de la importación de productos que destruían los puestos de trabajo", criticó.
Decisión y voluntad. Asimismo, ensalzó que "lo que tenemos hoy no es casualidad, no es cuestión de técnicos y de tecnócratas, es cuestión de decisión y de voluntad política, de Néstor Kirchner, de Cristina Fernández de Kirchner, y de todo su equipo".
En esa línea, advirtió que "tenemos una presidenta que toma las decisiones por y para el pueblo, y diciéndoles a las corporaciones que no es el tiempo de ellos, que es el tiempo de la inclusión social".
Boudou, procesado hace dos semanas por el juez federal Ariel Lijo en la causa en que se investiga la quiebra y el salvataje a la fábrica de billetes Ciccone Calcográfica, viajó a Tucumán acompañado por todo el gabinete nacional, luego de una semana de especulaciones políticas sobre su participación en este acto oficial y en medio de fuertes críticas de la oposición tras el fallo y su correspondiente procesamiento.
Una multitud y algunas peleas
Alrededor de 15.000 personas se movilizaron hasta la plaza Independencia de Tucumán, en su mayoría trasladados desde municipios del interior de la provincia, para participar de los festejos del 9 de Julio, donde hubo peleas entre grupos oficialistas. La concentración de militantes movilizados se limitó al espacio frente al teatro Mercedes Sosa, donde se realizó el acto central con la presencia del vicepresidente Amado Boudou, que apenas estuvo dos horas en la provincia, y el gobernador José Alperovich. A 10 cuadras se ubicaron los cerca de 150 colectivos que se usaron para los traslados y que llevaron de regreso a los participantes, sin que se queden en la capital para presenciar el partido entre Argentina y Holanda por la segunda semifinal del Mundial de Fútbol que se desarrolla en Brasil.