El gobierno nacional está fanatizado con proyectar una inflación por debajo de la realidad, y un tipo de cambio que no ayuda al crecimiento. Si en el 2017 la economía crece muy poco ¿pedirá perdón?
El gobierno nacional está fanatizado con proyectar una inflación por debajo de la realidad, y un tipo de cambio que no ayuda al crecimiento. Si en el 2017 la economía crece muy poco ¿pedirá perdón?
El presidente del Banco Central proyecta una inflación del 17% anual, para domar a los precios coloca a la tasa de interés en pesos por encima de la tasa de inflación y devaluación. Esto obliga a los empresarios a perder la palanca crediticia que le daba el banco y tiene que optar por invertir capital propio. Los que no lo tienen están condenados a resignar rentabilidad o salir del mercado.
Por si esto fuera poco, el gobierno ofrece acuerdos paritarios que igualen la inflación proyectada por el Banco Central. En este punto se produce una alta conflictividad con el sector sindical. Los gremios pretenden recuperar el poder adquisitivo perdido en el año 2016, y sumarle la probable inflación del año 2017. La consecuencia lógica es que no hay acuerdo, y se aproximan la sucesión de medidas de fuerzas, movilizaciones y conflictividad social.
Este escenario se hace más complejo, con una fuerte caída de consumo en el mercado. Febrero fue un pésimo mes para las ventas de productos de primera necesidad, el presidente está perdiendo imagen positiva, y la confianza del consumidor ha decaído según distintas mediciones de mercado.
Por si esto fuera poco, el tipo de cambio se aprecia y no logra despegar de la banda de precios entre $ 15,50 y $ 16. El gobierno toma deuda pública en dólares, y la canjea a pesos para financiar el presupuesto público. En este escenario el dólar está más cerca de pasar a la banda de $ 15,0/15,50, que superar en marzo el nivel de $ 16.
La lluvia de dólares no llego de las nubes ligadas a la inversión. Hay nubes cargadas con dólares financieros y del blanqueo que riegan el mercado en forma persistente. En los bancos argentinos hay más de u$s 15.000 millones próximos a salir al mercado, tanto del sector público como del privado, no hay chances ciertas de una mejora del tipo de cambio.
El gobierno se ha fanatizado con un tipo de cambio bajo, y proyectar una inflación del 17% anual, en este escenario los pronósticos de suba del PBI se limitan a un mero rebote técnico del 2%. Sin paritarias por encima del 20% el consumo estará planchadísimo. En el mes de febrero los asalariados que pagaban ganancias vieron mejorar sus ingresos, pero el consumo no movió el amperímetro, los consumidores están cautelosos, no quieren gastar a cuenta, ni siquiera en 50 cuotas.
Marzo será el mes de la exteriorización de los conflictos, tendremos paros y marchas que le marcaran una nueva agenda al gobierno nacional. Si no sale pronto de este escenario conflictivo, podría afectarse su imagen y la intención de voto para las legislativas 2017. Marzo es la bisagra del año, como el juego de la oca, podemos adelantar dos casilleros, perder el turno hasta abril, o retroceder cuatro lugares. El gobierno decidirá qué es lo mejor, ojalá no se equivoque, para bien de todos.
Los mercados están tomando nota de estos conflictos. La bolsa comenzó una toma de ganancias, que era lógica y sana para el escenario futuro. Las empresas que cotizan en bolsa no convalidan con ganancias su capitalización bursátil. En un mercado de expectativas, la conflictividad social invitara a un desensillar hasta que aclare.