Con el manual ortodoxo bajo el brazo, el nuevo gobierno subió el tipo de interés para desincentivar la estampida hacia el dólar pos devaluación. Luego de la escalada inicial, los valores se estabilizaron y retrocedieron. Sin embargo, especialistas y referentes de distintos sectores aseguraron que la política monetaria contractiva impactará negativamente en la actividad económica y el empleo. Además, advirtieron, después de la ronda de paritarias podría venir una "segunda ola devaluatoria".
En su primer mes al frente del Ejecutivo nacional, la administración macrista siguió el recetario anunciado: provocó un fuerte aumento de las tasas como apuesta a "quedarse en el peso" frente a la depreciación de la moneda nacional con respecto al dólar.
Así, las tasas de las Lebac —títulos que coloca el Banco Central para regular la oferta monetaria y que sirven de referencia para el resto de los créditos— saltaron en el caso de las letras a corto plazo del 28 por ciento en la era Vanoli al 38 por ciento. Después del cimbronazo cambiario, el BCRA fue recortando las tasas, hasta llegar al 30 por ciento.
De esta forma, la entidad conducida por Federico Sturzenegger sacó de circulación unos 86 mil millones de pesos en seis semanas. Según estimó el monetarista Javier Milei en una nota del diario «El Cronista», a través de estas operaciones el BCRA "aspiró" un 90 por ciento del sobrante de la base monetaria.
Como contracara, creció el endeudamiento y a corto plazo: las letras en circulación representan un 4 por ciento del PBI, y casi la mitad de la deuda vence en febrero.
Paralelamente, el nuevo gobierno tomó otras medidas amigables con el sector financiero: desreguló las tasas de interés activas y pasivas del sistema financiero y eliminó pisos y topes para los créditos; anuló regulaciones sobre plazos mínimos de ingreso de divisas y composición de cartera de activos, que intentaban desalentar la especulación; y habilitó a los inversores extranjeros y fondos comunes de inversión a transar letras y notas del Banco Central en los mercados secundarios de crédito.
Para el economista Sergio Arelovich las decisiones del macrismo "no necesariamente representan una política económica", articuladas de forma coherente y sustentable, sino "un conjunto de medidas que ha provocado inicialmente una transferencia de ingresos de los sectores de ingresos fijos a un grupo muy reducido de empresas vinculadas o no con el comercio exterior por un lado, y por el otro lado un conjunto de señales que apuntan a dar confianza entre comillas a la inversión y los capitales internacionales".
En este esquema, planteó, existen condiciones para que "el mercado especulativo vuelva a ocupar un lugar central en el funcionamiento de la economía argentina, como sucedió en los noventa".
IMPACTO SECTORIAL. Los tipos de interés son una manta corta: cubren a algunos agentes económicos y exponen a otros. En efecto, de acuerdo al director del Cesyac, Juan Marcos Aviano, la suba de tasas tiene dos caras. "Es una buena opción para el usuario de servicios financieros, de ingresos medios y altos que puede disponer sumas mensuales para depositar en plazos fijos", señaló, pero al mismo tiempo "genera un aumento de tasas de interés para préstamos personales, prendarios e hipotecarios".
Según Aviano la consecuencia de la suba de tasas "se está empezando a ver en la calle": "Se está notando la caída de comercios con Ahora 12 y también se están cerrando las promociones de cuotas de 6, 12 y 18 meses sin interés en supermercados y comercios de electrodomésticos".
Por su lado, Ariel D'Orazio, referente de la Concejalía Popular, afirmó que el acceso al crédito hipotecario para sectores asalariados y de clase media será aún más difícil. "Por los valores que se venían manejando en el mercado inmobiliario era inviable que un trabajador pudiera acceder a un crédito hipotecario sin una tasa subsidiada, porque se necesitaban más de cien salarios para comprar una propiedad", sostuvo. Y agregó: "Liberando la tasa se hace prácticamente imposible que las entidades financieras tengan un producto crediticio vinculado a la compra de inmuebles para un crédito hipotecario".
Además, calificó los cambios en el plan Procrear y la aplicación de un programa de créditos basado en cuotas indexadas por inflación como "poco favorables" para los sectores asalariados y clase media que buscan acceder a la vivienda propia.
En tanto, desde la pequeña y la mediana empresa también avizoran un escenario complejo. Para el presidente de Apyme Rosario, Juan José Sisca, las medidas del nuevo gobierno tienen el objetivo "de enfriar un poco la economía y atacar la inflación".
En este marco, indicó que "el incremento de las tasas de interés afecta el crédito de las pymes, que siempre es más caro que el de las grandes empresas". Consideró "positivo" que se haya prorrogado la línea de crédito productivo del Banco Central para pymes pero, cuestionó, "han aumentado las tasas y las exigencias". Para Sisca los sectores más perjudicados serán "los rubros industriales que invirtieron para sustituir importaciones" y "aquellos que pactaron créditos de interés variable".
Esta situación, apuntó, impactará a mediano plazo en el nivel de empleo. "A lo mejor no se va a notar tanto al principio, pero si caen las ventas habrá una disminución de los puestos de trabajo", remarcó.
SEGUNDA OLA. La perspectiva de las tasas para 2016 está atada fundamentalmente a lo que suceda con el valor de la moneda estadounidense y la resolución de la pulseada paritaria.
Según Arelovich el esquema actual "es insostenible" y probablemente "venga una segunda ola devaluatoria" si "la presión de los sindicatos logra aumentos significativos en la ronda de paritarias".
Como recordó el especialista, a la salida de la convertibilidad el dólar saltó en dos meses de 1 a 3 pesos. Hoy, replicar el escenario de 2002 sería pasar de 10 a 30. Sin embargo, recalcó Arelovich, la magnitud de la futura devaluación todavía "no se puede anticipar de forma responsable".
Para D'Orazio "el dólar va a tener una escalada más" durante el 2016 y cerrará en un valor "cercano a los 17 y 18". En cuanto a las tasas, proyectó que "van a seguir bajando las de depósitos y plazos fijos, pero las tasas para préstamos van a seguir creciendo".