La suba de la soja ayuda al Banco Central (BCRA) a tener más reservas a futuro. La política monetaria no fue la mejor, tampoco la política fiscal. Llegan las elecciones, suben el gasto público, riegan la plaza de créditos y emiten sin respaldo. Son todos iguales.
El gobierno se encontró el día jueves con dos noticias, la primera fue la fuerte suba de la soja en los mercados, esto, sumado a la futura baja de retenciones pinta un mejor escenario para el campo en el año 2018. La segunda fue que la inflación no cede, el Banco Central no puede cumplir la meta de inflación, pierde credibilidad y el retraso cambiario se potencia.
Respecto a la soja, en un escenario internacional en donde sobra mercadería, la posibilidad de malas campañas en Brasil y Argentina anticipan un precio en franco ascenso. La soja al mes de mayo de 2018 cotiza a u$s 268, con un dólar futuro mayo de $ 19,85 nos da un precio de $ 5,320 la tonelada que no luce nada mal para el productor.
La inflación de septiembre fue del 1,9 por ciento, para los primeros 9 meses suma 17,6 por ciento, y medida anualmente un 24,2 por ciento anual. Claramente estamos en problemas. El gobierno pretende bajar la inflación subiendo la tasa de interés, pero el Tesoro Nacional ayuda en poco, el déficit fiscal es muy elevado y la asistencia del Banco Central muy alta, esto hace que sobren pesos y van contra los precios.
Desde nuestro punto de vista, resulta muy complejo combatir la inflación con subas de tarifas públicas, esto genera un mayor costo de la mayoría de los productos que se transan en el mercado, y trae como consecuencia lógica una suba de costos. El día que el gobierno lleve a precios reales las tarifas, la inflación se desploma a un digito, en el mientras tanto, deberíamos ser mucho más realistas con la proyección de los índices de precios.
Lo que viene
Pasadas las elecciones del 22 de octubre otro será el escenario monetario y financiero, a saber:
1Es probable que el Banco Central vuelva a subir las tasas de interés, y haya una gran contracción de moneda, esto traerá como consecuencia un escenario económico más recesivo, y una tasa más elevada que la actual.
2La tasa de interés es el peor enemigo de la Bolsa. El índice Merval muestra dificultad en superar la barrera de los 27.000 puntos, y como dijimos en varias oportunidades marea estar tan alto. Nadie se fundió por tomar ganancias.
3Los bonos en dólares están a valores increíbles. Un bono a 5 años rinde el 4,3 por ciento anual, y un bono a 10 años el 5,7 por ciento anual, en un escenario en donde hay muchas posibilidades de una suba de tasas de interés a nivel mundial. La Reserva Federal fijo la tasa de interés de corto plazo en el 1,25 por ciento anual, y para diciembre de 2018 se espera que este en 2,25 por ciento anual, esta suba de tasas hará que las tasas de retornos de los bonos argentinos se ubiquen en niveles más elevados que los actuales con la consecuente caída en sus precios. Nadie se función por tomar ganancias, o vender bonos largos para transitoriamente colocarse en bonos más cortos con menos perspectivas de baja.
4Los bonos en pesos y Lebac seguirán mostrando rendimientos considerablemente elevados. Aprovechar estas tasas de interés del 27,2 por ciento anual es vital ya que son positivas contra la finalicen y contra la probable variación del tipo de cambio.
5Las carteras de inversión deberían incrementar su tenencia en dólares. Durante el año 2018 hay elecciones en México, Brasil y Estados Unidos. Tenemos por delante la renegociación del Nafta en donde resulta probable que México y Estados Unidos tengan dificultades en llegar a un acuerdo. También está el cambio de presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos en febrero, y nadie sabe cómo terminara la historia del presidente de Corea del Norte y su locura por disparar misiles nucleares. Claramente hay muchas variables incontroladas desde el exterior. Lo que sí sabemos y estamos seguros es que Argentina necesita financiamiento externo para cubrir su elevado déficit fiscal, y cualquier estornudo afuera hará que tengamos una gripe internamente.
6Tomar ganancias en acciones, acopiar más instrumentos financieros en dólares de corto plazo, aprovechar las altas tasas en pesos, y disfrutar los mayores valores de la soja que traerán alivio a nuestra económica son los signos de los tiempos que corren. El cupón PBI no lo venda por ahora, puede ser una grata sorpresa, no todo se vende, no todo se compra, los tiempos que corren traen mucha selectividad, en donde el arte de maridar las carteras de inversión es lo que te deja alta rentabilidad.