A 27 años de su creación, la Corriente Clasista Combativa (CCC) mantiene su vigencia y constituye una piedra basal en la lucha por el trabajo digno y contra el hambre. Desde sus inicios, la organización ha jugado en la política argentina del lado de los trabajadores. “Es una militancia muy grande, porque trazó una corriente que siempre existió en el movimiento obrero, que tuvo su momento de mayor auge durante el Cordobazo; con la democracia y la importancia de las asambleas y cuerpos de delegados en las soluciones de los conflictos”, recordó Eduardo Delmonte, líder de la CCC Rosario.
Cuando llega la desocupación masiva durante el gobierno de Menem, se empezó “una experiencia de ir organizando eso”. Allí se encontraron con un universo “fundamentalmente de trabajadores y sobre todo de mujeres protagonistas frente a la crisis”, señaló.
“La mujer fue la gran protagonista de la lucha contra el hambre”, dijo y contó que desde ese período para adelante se fue conformando en gran parte con desocupados precarizados”, destacó.
“Lo que ocurrió en 2001 tiene un doble carácter, porque significó mucho sufrimiento para la gente y a la vez fue una experiencia histórica tremenda, porque fue cuando más lejos llegó el pueblo”, dijo.
>> Leer más: Economía popular: la organización que nació de la crisis
A 20 años de la crisis de 2001, el universo “planero” ya va por su segunda generación, incluso hay nietos de aquellos que salieron a la calle. “Lamentablemente a algunos pibes los conocemos desde que nacieron y están ahora participando con nosotros”, dijo y planteó que “por un lado nos llena de orgullo de habérselos peleado a la droga o a la economía narco”.
Se trata de “pibes que lamentablemente en toda su historia de veintipico de años no han podido asentarse en la producción y eso es triste”, indicó y planteó que la organización es el marco de referencia más sano y más concreto que tienen. En este momento en que se debate la inseguridad, por ejemplo, “las organizaciones sociales hacemos un gran aporte a esa lucha”, agregó. Y preguntó: “¿Dónde estarían todos esos compañeros si nosotros no existiéramos, con la desesperación que implica vivir con hambre, en la pobreza?”.
Para José Berra, referente de la Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) de Rosario. “Un planero no es un planero, es un trabajador en algunos casos desocupado y en otros casos ocupado en la economía popular”. Y desafió: “Acá no hay planeros, hay trabajadores e invitamos a cualquiera a recorrer cada una de las unidades productivas”. Allí “van a ver lo que hacen los compañeros y se van a dar cuenta de que muchas veces repiten como loros consignas que no tienen nada que ver con la realidad”.