El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo las proyecciones económicas para la Argentina, al estimar que crecerá 4% en 2022 y 2% en 2023. Esta evolución se dará, según el organismo, en un contexto de fuerte desaceleración global. De hecho, el informe sobre perspectivas mundiales presentado ayer advirtió que la situación de la economía internacional es “frágil” y ”lo peor está por venir”.
En la víspera de la asamblea semestral que se realiza en conjunto con el Banco Mundial, el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, encabezó la semana pasada la presentación del World Economic Outlook (WEO).
El informe prevé que la economía argentina afrontará una inflación de 95% para 2022 y de 60% para 2023, en línea con las proyecciones del gobierno estipuladas en el proyecto de Presupuesto 2023, y en el marco del acuerdo que el país mantiene con el Fondo.
El Fondo proyecta para la Argentina un crecimiento de 4% para 2022 y de 2% en 2023, de lo que se desprende que el país podría ser una de las economías que más crecería el año próximo, por debajo de China (4,4%) India (6,1%) y Araba Saudita (3,7%).
Esta situación se daría aún con la esperada baja de los precios de los commodities para el año próximo estimada por el organismo internacional.
“La economía global está experimentando una serie de desafíos turbulentos. Una inflación más alta que la vista en varias décadas, el endurecimiento de las condiciones financieras en la mayoría de las regiones, la invasión rusa de Ucrania y la persistente pandemia de Covid-19 pesan mucho en las perspectivas”, según resume el informe.
En consecuencia, "se prevé que el crecimiento mundial se desacelere del 6% en 2021 al 3,2 % en 2022 y al 2,7 % en 2023”. Este es el perfil de crecimiento más débil desde 2001, excepto por la crisis financiera mundial y la fase aguda de la pandemia de Covid-19, y refleja una desaceleración significativa para las economías más grandes: una contracción del PIB de EEUU en la primera mitad de 2022, una contracción de la zona del euro en la segunda mitad de 2022 y brotes y bloqueos prolongados de Covid-19 en China con una creciente crisis del sector inmobiliario.
Para América latina, espera un crecimiento de las economías de la región de 3,5% para 2022 y de 1,7%. "Es una región que está expuesta a los precios de los commodities y la suba de tasas de interés, pero que en algunos países también depende del turismo. Es muy heterogénea", sostuvo Petya Koeva Brooks, subdirectora del departamento de Investigación del FMI, en conferencia de prensa.
Para Gourinchas, la situación de la economía global es “frágil”, experimenta “una serie de desafíos y ”lo peor está por venir”. Al menos un tercio de la economía mundial se enfrenta a dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo y se prevé que la inflación mundial aumente del 4,7 % en 2021 al 8,8 % en 2022, que presentó Daniel Leigh, jefe de División del Departamento de Investigación del organismo. El estudio prevé una desaceleración al 6,5 % en 2023 y al 4,1 % en 2024.
Según las proyecciones del FMI, Estados Unidos crecerá en 2023 apenas 1% y Japón 1,6%; mientras que en Europa, Alemania decrecerá 0,3%, Francia se expandirá 0,7% y Gran Bretaña 0,3%, entre las economías más destacadas. Se pronostica que el crecimiento de China se acelerará a 4,4% el próximo año, todavía tibio para los estándares chinos.
“La economía global está experimentando una serie de desafíos turbulentos, una inflación más alta que la vista en varias décadas, el endurecimiento de las condiciones financieras en la mayoría de las regiones, la invasión rusa de Ucrania y la persistente pandemia de Covid-19 pesan mucho en las perspectivas”, según resume el informe.
En consecuencia, “se prevé que el crecimiento mundial se desacelere del 6% en 2021 al 3,2 % en 2022 y al 2,7% en 2023”, en sintonía con la actualización de julio último para las proyecciones en 2022, aunque para 2023 se espera una desaceleración mayor (0,2 puntos menos de crecimiento respecto de hace 3 meses).