El Fondo Monetario Internacional aprobó el acuerdo con la Argentina y respaldado por el Congreso, por lo que a partir de este viernes dará inicio formal entonces al nuevo programa económico con el que el país refinanciará los 45.000 millones de dólares de vencimientos del préstamo de 2018.
El directorio del FMI tras debatir el proyecto técnico y de políticas económicas que rubricaron los representantes del organismo y el gobierno argentino a principios de mes, y que tuvo el apoyo del parlamento nacional, decidieron tras algunas horas darle el respaldo final a lo convenido, aunque no fue aprobado por unanimidad ya que hubo discrepancias con algunos aspectos.
Ahora sí comenzará de manera oficial el Extended Fund Facility (EFF) que reemplazará al stand by que firmó el gobierno de Mauricio Macri, tras casi dos años de renegociación.
En el programa económico que comenzó este y que tendrá una vigencia de dos años y medio, el gobierno argentino se comprometió a cumplir una serie de metas macroeconómicas que serán exigibles por parte del FMI como condición para habilitar desembolsos trimestrales, los que le servirán al Estado para cumplir con el calendario de vencimientos con el organismo.
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Dentro de tres meses tendrá lugar la primera evaluación de desempeño por parte del equipo técnico del FMI, para lo cual el Ministerio de Economía y el Banco Central deberán cumplir objetivos concretos de reducción de la emisión monetaria del BCRA hacia el Tesoro, un techo de déficit primario y un piso de acumulación de reservas, entre otras metas.
A grandes rasgos, durante 2022 el gobierno de Alberto Fernández deberá mostrar, de acuerdo al nuevo programa económico, un déficit primario de, como máximo, 2,5% del Producto Bruto Interno, una monetización del rojo fiscal equivalente al 1% del PBI y una adición neta de divisas en las arcas del Banco Central de 5.800 millones de dólares.
El gobierno recibiría un primer desembolso en breve de alrededor de 9.800 millones de dólares, que le servirán para cubrir los vencimientos de la semana próxima, por poco menos de 2.800 millones, más los que caerán hasta el próximo envío de divisas desde Washington, previsto para finales de junio.
Así el BCRA se hará de un colchón extra de reservas que le servirá para estabilizar las expectativas de devaluación y para mostrar ante el mercado una posición de mayor fortaleza, en un contexto macroeconómico de debilidad aún para los activos argentinos y de aceleración en la inflación en los últimos meses, que promete índices por encima del 5% mensual en lo sucesivo.