El paso de ser fabricante de autos a convertirse en una compañía de movilidad es uno de los principales desafíos que enfrente la industria automotriz de cara al futuro, tanto el mundo como en la Argentina, donde además, el sector atraviesa una coyuntura adversa producto de la crisis económica del país. En ese camino, muchas empresas comenzaron a lanzar y otras a consolidar el servicio de «carsharing», que permite alquilar un auto en un punto determinado y devolverlo en otro y hacerlo a través de una simple aplicación en el celular, que promete convertirse en la nueva tendencia de la industria automotriz, que diversifican su negocio de fabricación de autos a prestadores de servicios.
La experiencia en el país comenzó a prender primero como un emprendimiento innovador y luego como una tendencia propia de la reconversión de la industria, lo que llevó a que las automotrices encontraran en ese servicio un nuevo nicho de negocios y lo hicieran propio, aportándole logística y recursos.
Una de las primeras ofertas de carsharing surgió en el país hace un año de la mano de la aplicación MyKeego, que opera en algunos barrios de Ciudad Autónoma y Gran Buenos Aires, con una variada gama de vehículos, pero la automotriz pionera en asumir como propio el servicio fue Toyota, que lanzó en noviembre de 2018 la plataforma “Toyota Mobility Services” a través de la cual el usuario que se registre en la app puede elegir cualquier modelo de la gama de la compañía _desde un sedan hasta la Hilux_ y retirarlo desde cualquiera de las estaciones, que en principio son 10 y funcionan en Capital Federal y Gran Buenos Aires.
La experiencia comenzó con 90 autos y se extendió a 120 durante las vacaciones de verano. Desde la compañía señalaron que “sus primeros 3 meses de funcionamiento, hubo más de 750 alquileres”.
Este año la automotriz Nissan se sumó a la experiencia cuando lanzó el servicio de carsharing, a través de un acuerdo con la empresa Awto, la versión local de la compañía que ya opera en Chile.
En este caso, la empresa ofrece una flota de 60 autos Nissan March y Nissan Kicks que están en estaciones ubicadas en Ciudad de Buenos Aires y alrededores en lugares estratégicos como shoppings, supermercados, aeropuertos y estacionamientos.
El usuario del servicio debe descargar la app a través de App Store o Google Play, registrarse y buscar el auto en un punto cercano y devolverlo en otro.
Los vehículos se abren a través de la aplicación y los usuarios encontrarán las llaves en el interior. Una vez finalizado el viaje, debe buscar por la estación más cercana para dejar el vehículo y al llegar al destino, debe cerrar el auto y el pago se acreditará directamente de la tarjeta asociada.
La ventaja del sistema es que no tiene un tiempo mínimo de uso ya que el servicio se puede contratar por minutos, horas o días según lo requiera cada usuario.
También en enero de este año Volskwagen anunció que sumaría innovación en el sistema de movilidad, tanto a través del carsharing como también el carpooling (auto compartido), destinado a captar clientes pero no ya vendiéndole un auto sino el uso del mismo.
En este caso, para el carsharing, VW tomaría las bases de Moia, que es la start up que creo la firma en Alemania y que conecta el auto con un nuevo mundo de movilidad y servicios personalizados de transporte a nivel global y que también se utiliza para el servicio de carpooling.
También Mercedes Benz de Argentina es otra de las automotrices que replicaría en el país su sistema de alquiler Car2go. El servicio ya funciona en Europa, Japón y Estados Unidos y podría llegar al país recién el año próximo.
Nuevos usos
Así como ocurrió con el carpooling, el carsharing representa un cambio de tendencia en el concepto de movilidad, adaptada a consumidores que priorizan el uso por sobre la propiedad del auto y evitan gastar dinero en mantener uno propio. También resuelve los inconvenientes propios de las grandes ciudades, cada vez más congestionadas, que demandan altos costos para guardar el vehículo.
En la vigésima encuesta “Global Automotive Executive Survey” que realiza cada año KPMG Internacional de que este año participaron 3.000 referentes del sector automotriz, surgió que este sector ingresa a una etapa de restructuración, donde la “conectividad y la digitalización marcaran la principal tendencia de la industria”.
En ese punto, Dieter Becker, líder global de la industria automotriz en KPMG, señaló que “las expectativas para un entorno de movilidad y logística están en aumento” y “las compañías necesitarán reconsiderar su modelo de negocios y reconocer la necesidad de cooperar para crear un entorno de movilidad”.
Un cambio en el negocio
De ese modo, las automotrices están dejando de ser fabricantes de autos exclusivamente para convertirse en proveedoras de servicios.
La encuesta de KPMG demostró en forma contundente que los ejecutivos creen que un cambio en la industria es “inminente”, por lo que las empresas necesitarán fortalecer sus principales competencias a la vez que definen su nuevo rol, más allá de su experiencia tradicional.
Sin embargo, los resultados también demuestran que la mayoría de los ejecutivos no temen que la rentabilidad de las automotrices vaya a decaer. En rigor, lo que habrá es una readecuación de los nichos de negocios. Además, el relevamiento da cuenta de un “cambio por completo” en el mercado minorista.
“La cantidad de tiendas se reducirá o transformará entre un 30% y un 50% para el 2025 y ninguno de los jugadores del mercado podrá manejar la cadena de valor por sí solo. En el futuro, crecerá la cantidad de empresas dispuestas a cooperar”, dice el informe de KPMG.
También da cuenta del perfil de los consumidores, que “ahora desea que su próximo vehículo sea un híbrido”, al tiempo que “los vehículos eléctricos de batería (BEV) reclaman su lugar por encima de los vehículos de celda de combustible (FCEV), como la principal tendencia de fabricación del año”.
El año pasado se realizaron 3.227 viajes en autos compartidos, según datos de la empresa.