La líder de la Coalición Cívica-ARI, Elisa Carrió, confirmó ayer que en las próximas elecciones "jugará en Capital (Federal)" y se mostró dispuesta a competir con el ex embajador Martín Lousteau, de quien aseguró que no representa a Cambiemos. Tras disipar las dudas sobre el territorio donde iba a dar la batalla electoral ("si la salud me lo permite", aclaró), explicó las razones de esa decisión.
En un primer momento dijo que resignó su participación en provincia a pedido de la gobernadora María Eugenia Vidal y del asesor del PRO Jaime Durán Barba, que querían a un "candidato más desconocido".
Por la noche, en una jugosa nota con el canal TN, fue más a fondo y reveló que "no podría hacer campaña" junto con algunos referentes bonaerenses de Cambiemos.
"Yo no hubiera podido hacer campaña junto a (el titular de la policía bonaerense Pablo) Bressi o (el ministro de Seguridad Cristian) Ritondo", a quien acusó de "perseguirla".
"No podría haber ido a levantarle la mano a personas corruptas", agregó. Se refería, entre otros refepentes de Cambiemos, al primo del Presidente, Jorge Macri: "No puedo ir a Vicente López a hacer campaña después de todo lo que dije".
"Yo respeto absolutamente a la gobernadora y la quiero mucho. Quizás lo mejor que pudieron hacer eso es no ponerme a mí de senadora (en la provincia). Creo que acertaron", despejó
"Cuando él fue candidato a jefe de Gobierno, si bien mi partido estaba en ECO, yo ya estaba en Cambiemos. No participé de esa campaña. Y yo voy a estar con Cambiemos. Lousteau no es Cambiemos", resaltó.
En tanto, destacó que es "excepcional" su relación con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien la reclamaba para enfrentar a Lousteau, quien todo indica reeditará el frente ECO con radicales y socialistas.
Así, la socia política de Mauricio Macri reveló el misterio sobre su participación electoral (la otra posibilidad era provincia de Buenos Aires) y adelantó la disputa que se vendrá por la utilización del sello de Cambiemos en territorio porteño.
Al respecto, Carrió ratificó que resignó su participación en provincia porque la gobernadora María Eugenia Vidal y el asesor del PRO Jaime Durán Barba querían a un "candidato más desconocido" para competir en Buenos Aires a pesar de que ella tiene allí "el 34 por ciento de intención de voto".
"Vidal y Durán Barba prefieren un candidato más desconocido. Están seguros de que con ella (Vidal) ganan. Entonces, decidimos que yo juegue en Capital", expresó Carrió, aunque aclaró que todavía no decidió si será candidata.
La diputada dijo que decidió contar los motivos de su decisión porque "la mayoría de los votantes de Cambiemos" le "pide que sea candidata" en Buenos Aires, donde tiene "el 34 por ciento de intención de voto".
"Voy a seguir defendiendo a todos los provincianos que viven en el conurbano, aunque sea candidata en la capital porque los senadores son los que representan a la Capital Federal, yo represento al pueblo de la Nación, pero igual no sé todavía si voy a ser candidata", enfatizó.
La diputada afirmó además que la decisión le parecía "razonable" porque tiene —según dijo— grandes diferencias con "un grupo de ministros" del gabinete de Vidal "en materia de lucha contra el narcotráfico" y el año pasado denunció al jefe de la policía bonaerense, Pablo Bressi, por supuestos vínculos con ese tipo de delitos.
Contra Lorenzetti
Sobre la disputa que mantiene con el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, Carrió aseguró que tiene "23 causales de juicio político" y advirtió que sus acusaciones están fundamentadas con "prueba documental" y "no con opiniones".
Luego de que ayer Lorenzetti confirmara que iniciará una demanda civil por daños contra Carrió, la diputada reiteró sus denuncias: "Hay 23 causales para el juicio político" contra el magistrado, entre las que enumeró "causales por el manejo del sistema informático, por licitaciones que se pagaron anticipos y nunca se hicieron, por vinculaciones con el (ex) ministro de Planificación (Julio De Vido)".
Además, sostuvo que tiene la "conciencia tranquila" y está "a disposición de la Justicia", en alusión a la reciente reapertura de una investigación en su contra por presunto enriquecimiento ilícito y que ella atribuyó a Lorenzetti.
"Si ganan se quedarán con la casa que estoy construyendo, el único bien que tengo, y me iré a un geriátrico", enfatizó, luego de que Lorenzetti anunciara el inicio de una demanda por "declaraciones difamatorias".
Binner y Lifschitz
Elisa Carrió reveló anoche parte de las razones de su pelea con el socialismo santafesino en tiempos de la Presidencia de Cristina Kirchner. "Cada vez que Hermes Binner y Miguel Lifschitz se reunían con Julio De Vido el acuerdo era hablar mal de mí ante la prensa. Era el precio que el socialismo pagaba para que los atendiera el ministro de Planificación", reveló en un programa de TV. Y añadió que al principio estas actitudes la desconcertaban porque mantenía una buena relación con ambos dirigentes, hasta que se enteró de la causa que disparaba las críticas que recibía del socialismo.