Hace unos 20 años, trabajando en Capital Federal, para la petrolera Texaco, había un mapa geográfico en la oficina de uno de sus funcionarios. El mapa era de América y estaba al revés, es decir que América del Sur estaba arriba y América del Norte abajo, tal como si fuera un mapa original. En aquel entonces me pareció una mera intencionalidad de alguien que quería que América del Sur fuera quien encabezara el mapa americano y por ende superara a América del Norte, no sólo geográficamente. Hoy ya no me parece una mera intencionalidad, porque con el Mercosur y con el interés de sus presidentes constitucionales de hacer una América del Sur cada vez más unida e integrada territorialmente como por ejemplo con el simple hecho de no tener que usar más un pasaporte para transitarla, resulta una realidad en parte esa integración. Seguramente vendrá oportunamente una moneda en común y por qué no una sociedad integral latinoamericana. Todo esto lo afirmo sin la más mínima intencionalidad de politizar el momento histórico que hoy nos toca vivir; sino simplemente recuerdo aquello que en su momento el general Perón expresó que en el año 2000, América latina nos vería unidos. Y yo agrego, humildemente, unidos o prisioneros de nuestras propias pasiones. Que bueno que esto esté pasando y lo pueda vivir. Y poder contarles a mis nietos que juntos con otros nietos vivirán en un gran continente, en este caso de América del Sur, tal como lo imaginaron próceres del siglo diecinueve.






























