Acuerdos cortos y largos, cuotificación, revisiones, bonos, sumas remunerativas o no. La dinámica de las paritarias se aceleró como consecuencia de la disparada de la inflación en la primera parte del año. Los gremios buscan invertir el proceso de negociación del año pasado y asegurarse refuerzos monetarios importantes en el primer semestre de 2022.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó el jueves que la inflación de abril fue del 6%, con lo cual acumuló un 23,1% en el año y de 58% en los últimos doce meses. Aunque muestra una desaceleración respecto de marzo, el índice de precios se mantiene en un nivel muy alto.
Pocos días antes, el Indec también había informado el índice de salarios de marzo. Aunque el bolsillo no lo crea, en las estadísticas le ganó al IPC de ese mes: 7,4% contra 6,7%. Claro está que influyó la mejora de los ingresos de los estatales (12,1%), en un momento en el que comenzaron a regir los primeros porcentajes acordados en las paritarias provinciales. Por caso, los sectores privado registrado (5,4%) y no registrados (5,6%) quedaron muy por debajo de la inflación.
Si lo que se mira es el primer cuatrimestre, se ve que la suba del 22% del IPC superó el porcentaje acordado en el primer tramo de las paritarias provinciales y municipales.
Algunos pocos sindicatos, como la federación nacional de aceiteros, pactaron aumentos de entrada. Así, desde principios de año elevaron el básico un 39%. Todavía supera a la inflación acumulada, aunque seguramente será revisado en agosto, como lo estipula el acuerdo.
En materia de paritarias, los porcentajes pueden engañar. El monto sobre el que se aplican, el momento y la distribución en el tiempo brindan el panorama completo.
Con la mayoría de las paritarias firmadas, aunque sean a cuenta, se consolida el 60% anual como el porcentaje de salía. Aun está por encima del 58% anualizado que mostró el aumento del IPC de abril. El problema es que buena parte de los convenios establecen varios tramos para llegar a ese número. Y que, según los analistas que participan de la encuesta mensual del BCRA, la inflación podría cerrar el año por encima del 60%.
Para achicar este desfase hay otras dos modalidades que se cuelan en el actual proceso paritario: los adelantos de la paritaria que viene y los refuerzos de la que se cerró el año pasado.
Un ejemplo de este último caso es el de los telefónicos, que acordaron un aumento del 23% para abril, mayo y junio, correspondiente a la paritaria 2021/2022. Con este aumento, elevaron la pauta correspondiente a esa negociación hasta un 59%. En junio próximo comenzarán a negociar por el período 2022 / 23. La Mesa de Unidad Sindical del sector también pactó un incremento del 23% en el pago por el Día del Trabajador Telefónico del año próximo.
También ATE y UPCN nacional le sumaron un aumento salarial adicional del 10% a la paritaria 2021/2022, que suma así el 64,4%.
En tanto, Camioneros, con su paritaria semestral del 31%, y petroleros, que sumó un 21% al acuerdo del 15% obtenido en diciembre, firmaron “adelantos” de las negociaciones que formalmente empiezan en unos meses.
En definitiva, por las cláusulas de revisión, la cuotificación o los refuerzos a cuenta de la paritaria pasada o la que viene, la negociación salarial se planteó como una pulseada permanente, sujeta a los vaivenes macroeconómicos.
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Los principales funcionarios del gobierno nacional, en medio de la interna del oficialismo, repiten que su intención es que este año los salarios le ganen a la inflación. Como los precios se deslizan al alza sin mayores frenos, apuntaron a reforzar la política de ingresos: llamaron a acelerar paritarias, adelantaron la vigencia del aumento del salario mínimo, (en agosto completará el 45% pactado en marzo), elevarán el piso de Ganancias y dispusieron bonos de refuerzos (una suerte de nuevo IFE) para 13,6 millones de trabajadores informales, monotributistas, empleadas de amas de casa, jubilados, pensionados y beneficiarios de asignaciones sociales.
En las próximas semanas, esos refuerzos deberían hacerse sentir en el bolsillo. Pero ya en mayo, los precios se adelantaron con los aumentos en el sector servicio.
Todo esto dentro de un marco de nominalidad que ya se ubicó en el 60% anual.