El documental "Chasing Trane" recorre en línea recta hacia adelante la vida y obra de John Coltrane. El filme de John Scheinfeld puede dividirse en dos partes: la primera hasta la primera mitad de los años 50, cuando el genial saxofonista estaba enganchado a la heroína y el alcohol y la segunda, luego del 57, una especie de viaje espiritual y de redención con la música como principal expresión. De la primera etapa hay pocas filmaciones, pero sí mucho color en las ilustraciones y fotos en blanco y negro. Dos hechos cruciales marcan esta etapa: cuando es despedido por su adicción primero del quinteto de Miles Davis y luego del grupo de Dizzy Gillespie. La segunda parte pone especial énfasis en su disco emblemático "A Love Supreme", una verdadera revolución de concepto no sólo dentro del jazz sino en la música en general, sobre cómo decir algo fundamental a través de la música y sin necesidad de letra alguna. El filme cuenta con abundante información sobre el músico que murió a causa de un cáncer de hígado en 1967 a los 41 años y para esto se valió de entrevistas a Benny Golson (amigo de la infancia en Filadelfia) y otros compañeros ilustres del tenor como Sonny Rollins y Jimmy Heath; además al expresidente Bill Clinton (que también toca el saxofón), al trompetista Wynton Marsalis, al pianista de su quinteto más recordado, McCoy Tyner, y opinan además Santana, el filósofo Cornel West y el ex Doors John Densmore, que se declara fan de Coltrane. También están las reflexiones del periodista Ashley Kahn y el actor Denzel Washington poniéndole voz a Trane. Una buena aproximación a un músico único y que en tan poco tiempo estuvo en constante evolución y ebullición.