Una mirada de Osho en "Wild Wild Country" vale tanto como la cabezota pelada de Marlon Brandon emergiendo del agua oscura en "Apocalypse Now". Desarrollada a lo largo de seis capítulos de aproximadamente una hora de duración, "Wild Wild Country" es un documental que destapa la historia de la secta de los Rajneeshees en su desembarco en Oregón, Estados Unidos. Un culto liderado por Bhagwan Shree Rajneesh (conocido luego como Osho) que recaló a comienzo de los años 80 en una zona despoblada de ese estado norteamericano para materializar el sueño de construir una ciudad-utopía para todos sus fieles. Lo que se encontró, sin embargo, fue la oposición lacerante de sus vecinos locales y estatales, una horda de granjeros ultraconservadores que observaron la llegada de los miles de feligreses pelilargos y vestidos con mamelucos color naranja, con temor y recelo, como si los recién llegados vinieran de un planeta de seres depravados. Una historia tan real como bizarra, más alucinante que una ficción de Philip K. Dick. Dirigida por los hermanos Maclain y Chapman Way, esta serie documental reúne un cóctel de temas que volvería verde de envidia a cualquier guionista de ficciones: secta, amor libre, bioterrorismo, armas largas, batallas judiciales, FBI, rancheros de la América profunda y un gurú llegando en rolls royce como si fuera una megaestrella del pop... Y además y, sobretodo, Sheela, la secretaria personal de Bhagwan durante 14 años, quien supervisó la increíble comuna de 259 kilómetros cuadrados para que los 7.000 sannyasins pudiesen disfrutar de su oasis de espiritualidad frente a la reticencia y odio de sus vecinos y del fiscal general del Estado. La misma mujer que abandonó a su maestro, huyó a Alemania siendo acusada de orquestar el mayor ataque bioterrorista en suelo yanqui y que fuera condenada a 20 años de prisión y que sólo pasó 29 meses tras las rejas.