"Zoo", la serie de Netflix, lleva a la ficción algunos datos de la realidad: la sobreexplotación de los recursos naturales, la destrucción de los hábitats naturales y la explotación y el maltrato de la fauna en particular que los habitan (cacerías, zoológicos, tráfico de fauna silvestre) y la relación instrumental que estableció la sociedad desde hace siglos con el entorno y que le otorgaría el derecho a usufructuar el planeta sin pensar en las consecuencias. Esos temas y otros ligados a la incidencia de las sociedades en el destino y la viabilidad de las formas actuales de producción, comercio y explotación guían el envío de tres temporadas. Aunque "Zoo" tiene su punto de partida en esos temas de fondo, no intenta hacer docencia aunque sí tomar conciencia. Y lo hace de una forma amena, entretenida, ligera, fantasiosa a la hora imaginar el escenario hipotético del momento en el que la naturaleza se podría volver contra unos agresores que rompieron el equilibrio entre supervivencia y expolio.